Quinn

Quinn es un Z'lyztayano nativo del planeta Z'lyztaya, esposo de Yssa y padre de M'Rynda, era considerado el mejor científico de su raza, entre sus méritos está el negociar la paz con el colectivo de las nébulas Indigo, hacer huir a los incursores de la Falange o romper la barrera Mezieres. En cierto momento, Quinn y su familia abandonaron el planeta en una misión científica junto a otro de los Z'lyztayano, y por tanto no estaban presentes cuando su planeta natal fue desintegrado víctima del ataque de un Desintegrador, una misteriosa arma enviada por una raza enemiga de los Z'lyztayanos destinada a acabar con todos los miembros de dicha raza, y que destruyó el planeta acabando con la vida de todos los presentes.

De alguna manera el Desintegrador sintió que su labor no había terminado puesto que Quinn y su familia todavía seguían con vida y les siguió el rastro dispuesto a aniquilarlos, todo parecía perdido para los científicos hasta que detectaron una transmisión subespacial desde el corazón de un agujero cósmico inestable en el límite de su sistema solar, Quinn y los suyos se agarraron a esta señal como a una soga, siendo el resultado que atravesaron el agujero cósmico inestable cruzando la galaxia hasta el planeta de origen de la señal.

Lo que ni Quinn ni su familia sabían, era a que planeta habían llegado, se trataba de la Tierra donde el Profesor Kaplan había enviado una sonda a una anomalía gravitacional, emitiendo la señal que los Z'lyztayanos habían seguido. Por desgracia, el viaje se había cobrado una víctima puesto que Yssa, la esposa de Quinn y piloto de la nave a la que estaba conectada neurológicamente, murió como consecuencia de la retroalimentación provocada por el brutal viaje y aterrizaje, al tiemo que la llegada a la Tierra despertó el lado mestizo de Zed, que cedió a su herencia genética transformándose en una bestia salvaje enloquecida.

Solo junto a su hija, e incapaces de abandonar el planeta al faltarles tanto el piloto como la copiloto, Quinn salió de la nave dispuesto a luchar por su vida, pero quiso el destino que la nave hubiera aterrizado en las cercanías de Revelación, un pequeño pueblo en cuyas cercanías, oculto en una mina, había un enorme cristal reflectante cargado de crono energía lo que provocaba que a sus calles acudieran todo tipo de seres extraños, tanto refugiados temporales como alienígenas, por tanto la presencia de Quinn y M'Randa no provocó el pánico que hubiera provocado en cualquier otro lugar.

Revelación acogió a sus nuevos visitantes como parte de los suyos y Quinn y su hija (que adoptó el nombre humano de Miranda), asumieron forma humana para pasar desapercibidos, pasando mas de diez años en el pueblo donde permanecieron en paz. Cierto día sin embargo, les llegaron noticias que en Nueva York, Reed Richards planeaba repetir el experimento de su antiguo mentor, el Profesor Kaplan, enviando una señal mas poderosa hacia la anomalía gravitacional, temiendo que esto atrajera al Desintegrador, Miranda se coló en la base del cuarteto fantástico destruyendo la sonda pero era ya demasiado tarde puesto que la señal ya había sido enviada.

Siguiendo el rastro de Miranda, los 4 Fantásticos llegaron a Revelación, donde dos de ellos, la Antorcha Humana y Sue Richards, se vieron envueltos en los misteriosos sucesos cronales del pueblo mientras que la 136@Cosa< y Mister Fantástico eran víctimas de un nuevo ataque de Miranda, a la cual lograron seguir hasta su hogar junto a su padre. La joven Z'lyztayana seguía dispuesta a acabar con Richards y con su aliado, acusándolos de haber provocado que el Desintegrador los localizara ya que estaba convencida que si bien el artefacto de destrucción todavía no había aparecido, no tardaría en hacerlo, es por ello que envió contra los terrestres algunos animales salvajes nativos de su planeta antes que Quinn entrara en escena y detuviera el combate, presentándose ante el Dr Richards y su amigo, revelando su verdadera identidad y el motivo por el que estaban allí.

También les reveló la presencia del Desintegrador el cual, como Miranda temía, no tardó en aparecer sobre los cielos de Revelación y pese a los intentos de Quinn por impedirlo, arrojó una cuna de Desintegrador que al entrar en contacto con la Tierra adoptó forma humanoide, comenzando el proceso de destrucción que debía terminar con la destrucción del planeta. Ayudado por Richards, Quinn logró atrapar a la criatura en un campo de plasma de frecuencia aleatoria, pero todos sabían que solo era un breve respiro ya que la nave nodriza, cuando se diera cuenta que su peón no podía escapar, enviaría otra para sustituirla.

Pero Quinn y los suyos estaban dispuestos a usar esos minutos sabiamente, después que el grupo se reuniera y que averiguaran la existencia del cristal reflectante cargado de energía cronal, urdieron un plan para acabar con el Desintegrador, para lo cual hubieron de rescatar a Zed y devolverlo a su forma humana, para así recuperar la Nave de Luz con la que habían llegado al planeta. Pilotando la nave de los Z'lyztayanos, Quinn y sus aliados marcharon al Desintegrador donde arrojaron el Crono Cristal contra la nave enemiga, cuyos átomos fueron esparcidos por toda la corriente temporal. Quinn y sus aliados, tras despedirse de sus aliados, regresaron a Revelación donde es probable que continuen, puesto que no han vuelto a tenerse noticias suyas