Paretta, Vince

Vince Paretta era propietario de Industrias Paretta, una siderurgia situada en Pittsburgh. Se ignora el momento exacto en que Paretta se hizo cargo de la empresa, pero cuando lo hizo, sabía la realidad sobre la compañía que había comprado, que no era otra que la acería era en realidad una empresa pantalla para blanquear dinero del crimen organizado, en concreto de la MAGGIA. Los beneficios que Paretta obtenía trabajando para el crimen organizado podrían haber sido suficientes, pero Vince se volvió ambicioso y además, quiso que la empresa le produjera el mayor beneficio posible para engordar sus bolsillos y para ello se dedicó a extorsionar a los trabajadores con la complicidad de uno de ellos, Tim Turpin, que mantenía a raya a sus compañeros.

Uno de ellos sin embargo, un empleado veterano llamado Joseph Conroy, que incluso había estado presente antes que Paretta se encargara de dirigir la siderurgia y estuvo presente cuando Thor usó los hornos para reparar su martillo, e incluso encontró un trozo de uru encantado que llevaba colgado al cuello como amuleto, comenzó a sospechar de los lazos de la empresa con el crimen y amenazó con alertar a la policía, todos los intentos de Paretta y su esbirro Turpin para asegurarse que Conroy guardara silencio y Paretta, que planeaba vender la factoria a Industrias Stark para huir con el dinero no podía permitirlo de modo que ordenó a Turpin que pusier afin a la amenaza que suponía Conroy.

Cuando Stark visitó la empresa acompañado del Hombre Maravilla (antiguo empresario) para que le ayudara a decidir si la siderurgia era un buen negocio y en vista que el negocio tenía visos de alcanzar el éxito, Turpin se dispuso a conseguir el silencio de Conroy para asegurarse que no pudiera destapar las ilegalidades que allí se cometían.

Turpin emboscó a Conroy cuando entraba a una de las pasarelas que estaban en lo alto de los hornos eléctricos y lo golpeó con una barra, arrojándolo al vacío de modo que el trabajador cayó a uno de los hornos llenos de crisol ardiente la cual, bajo el peso de un humano, no tardó en volcar, vertiendo su contenido al interior de la fábrica y hubiera destruido el lugar de no ser por la oportuna intervención de Stark y el Hombre Maravilla.

Fingiendo estar apesadumbrado por la muerte de uno de sus trabajadores, Paretta estuvo presente en la ceremonia en que todos rindieron homenaje al trabajador fallecido, para el cual se había construido en su honor un bloque de metal con el material que contenía el horno donde Conroy había caído y muerto, acabada la ceremonia, Paretta acompañó a Stark y a Williams a su despacho para seguir las negociaciones.

Sin embargo, Conroy no había muerto, al parecer el uru místico que le servía de amuleto interactuó con la lava ardiente, convirtiendo al veterano trabajador en una criatura ignea que pasaría a ser conocida como Inferno. La criatura sembró el caos en la siderurgia y el Hombre Maravilla y Stark (que se puso la armadura de Iron Man) intentaron detener a la criatura mientras que Paretta, que nada sabía de su enemigo, esperaba en su despacho. Solo cuando Turpin se presentó en su oficina para alertarle, el industrial comenzó a mostrarse alarmado y aún así, le entregó una pistola a su esbirro para que se encargara de poner fin a la amenaza, sin embargo, cuando la criatura (que había dado buena cuenta de los héroes), rompió la pared del despacho, Paretta no dudó en huir.

Convencido que su tiempo en Pittsburgh había acabado, Paretta intentó regresar a su casa para hacer el equipaje y coger un avión, pero Inferno parecía perseguirle, aunque la intervención de los Vengadores dieron tiempo al industrial a llegar a su casa pero cuando se disponía a huir, Conroy llegó a su hogar en busca de venganza. Paretta suplicó por su vida, afirmando que había sido Turpin quien lo había arrojado al horno eléctrico puesto que sus únicas órdenes habían sido conseguir que guardara silencio puesto que no podía permitir que la policía o la MAGGIA supieran de sus tejemanejes en la fábrica.

Infierno hizo oídos sordos a las súplicas de Paretta y se dispuso a ejecutarlo, pero aparecieron los Vengadores en escena dispuestos a detener a Conroy, sin embargo el Capitán América afirmó que una vez detuvieran a Infierno, Paretta sería entregado a las autoridades puesto que habían oído su confesión y como trabajaba para el crimen organizado. Paretta intentó excusarse, diciendo que todo había sido una patraña para salvar la vida aunque los héroes no le creyeron, aquello demostró a Conroy que los crímenes de su ejecutor no caerían en saco roto y que sería entregado a las autoridades, de modo que detuvo su ataque y abandonó el lugar mientras que Vince Paretta fue entregado a las autoridades tras lo cual no han vuelto a tenerse noticias suyas.