Peliali

Peliali es la diosa del volcán, perteneciente a los Apu, uno de los nombres que recibe el panteón inca, o una familia dentro de este panteón. Peliali era adorada en gran parte en América Central, aunque en la actualidad su culto se reducía a algunos pueblos en Costa Verde. Al igual que el resto de los miembros de su panteón, Peliali vio como iba perdiendo seguidores, mientras que el cristianismo iba avanzando gracias a los misioneros. Sin embargo, mientras que los otros dioses abandonaron la Tierra y marcharon a su reino Celestial, Peliali decidió quedarse en la Tierra para proteger a sus súbditos, instalando su morada en lo alto de una montaña en Costa Verde.

Ya en este siglo, Peliali todavía tenía seguidores, aunque cada vez menos numerosos, uno de estos seguidores, Jaime Santiago, acudió muchas veces a lo alto de esta montaña, y en la última de estas ocasiones, regresó portando una niña recién nacida, afirmando que era hija de la propia Peliali. Esta niña crecería hasta convertirse en una adolescente, y comenzaría a desarrollar poderes metamórficos, asumiendo la identidad de Garra Plateada, marchando a los Estados Unidos, y uniéndose a los aventureros conocidos como los Vengadores.

Peliali fue testigo de cómo un antiguo mal volvía cernirse sobre la tierra, en la figura de Kulan Gath, el cual se apoderó mediante su magia del pueblo de Garra Plateada. Peliali usó a uno de sus seguidores para mandar un mensaje a su hija, la cual acudió con los Vengadores. Llegaron demasiado tarde, ya que los servidores de Gath habían capturado a Peliali, y planeaban sacrificarla para usar sus energías para poder abrir un portal que le diera acceso al reino de los dioses. Garra Plateada y sus compañeros lucharon contra Gath, pero fueron derrotados y capturados, Gath se dispuso a ejecutar a Peliali, pero Garra apeló a sus antiguos vecinos, para que ayudaran a Peliali, la cual les había protegido durante años. Los habitantes de Costa Verde demostraron a Peliali que todavía creían en ella, y le dieron fuerzas suficientes para enfrentarse a Gath y liberarse. Sin el sacrificio de Peliali, el mago fue sacrificado en su lugar. La batalla había acabado, sin embargo, el coste había sido alto ya que Peliali había sido herida de muerte en la batalla, y murió en los brazos de su hija contenta de haberla conocido, y que esta hubiera adoptado el manto de protectora de su pueblo.