Marguerite D'Alescio

Marguerite aparentemente logró su tremenda influencia política por vía hereditaria. En algún punto del pasado fue mordida por Drácula, pero éste no bebió la suficiente sangre como para matarla. En cambio, hizo de ella una esclava mental que podía seguir todas y cada una de las indicaciones del Señor de los Vampiros y éste, por su parte, podía a su vez valerse de su casa, su dinero y sus influencias para sus propios propósitos.

Drácula puso a Marguerita al mando como líder oculta de un grupo de vampiros que sería conocido como la Legión de los Muertos. La principal meta de este grupo sería la investigación y desarrollo de un suero que permitiese a Drácula y otros vampiros caminar bajo la luz solar sin sufrir sus efectos. La Legión obedeció los planes y la fórmula llegó a desarrollarse a la perfección, pero la cabeza visible del culto, Anton Vierkin, tuvo ciertas incomodidades con el mandato de Marguerite e intentó conseguir un puesto de poder por encima de ella en la Legión.

En un momento dado, los planes de Marguerite tropezaron con Blade, el cazavampiros. En un principio, Blade creyó que ella era una vampiro, hasta que la cinta de vídeo que le exculpó a él demostró además la naturaleza de Marguerite. Para ser humana, había ordenado cometer actividades muy dignas de vampiros: acusar a Blade del asesinato de una niña inocente y secuestrar a su novia Safron Caulder. Sin embargo, el cazavampiros pudo resarcirse de todo esto, ya que todo el trabajo de la Legión de Marguerite había sido en vano: el suero había sido destruído junto con todas las notas, los miembros más fuertes del grupo habían sido eliminados, Blade había sido exculpado y Safron no se había convertido en vampiro.

No obstante, aunque todo esto había acabado con la Legión, Marguerite no pudo ser exculpada debido a su tremenda influencia política. El destino de ésta ha sido un misterio a partir de entonces.