Protocida

En la década de los 40, durante la 2ª Guerra Mundial, los USA trabajaron con el fin de crear al soldado perfecto. En respuesta a esta necesidad crearon un proyecto, apodado Operación Renacimiento al frente del cual se hallaba el brillante bio-científico Abraham Erksine. Erksine había desarrollado una formula (Que llegaría a ser conocida como el Suero del Súper-Soldado) que incrementaba ampliamente los atributos físicos de la persona que lo tomara. Si esta era un éxito, los USA podrían conseguir un ejercito conformado por perfectas máquinas de guerra humanas.

Con anterioridad al debut del proyecto, el General Maxfield Saunders, que se había opuesto a la elección de Erksine del sujeto de prueba, reclutó secretamente su propio candidato, de nombre Clinton McIntyre. McIntyre era varias veces más fuerte y más corpulento que Rogers, el sujeto elegido por Erksine. Había sido sentenciado a muerte recientemente por asesinar a su oficial al mando aunque él afirmaba que había sido un accidente. Para evadirse de la pena de muerte, eligió tomar parte en el experimento sin autorización que Saunders iba a realizar.

McIntyre ingirió el suero y, efectivamente, sus cualidades físicas se vieron ampliamente aumentadas, especialmente su fuerza. Sin que Saunders lo supiera, dos componentes que deberían haber sido combinados con el suero fueron omitidos. El resultado fue catastrófico, pues McIntyre se sumió en un estado de rabia incontrolada, dañando el laboratorio y volcando coches en la calle. Poco después, en medio de todo ese caos, McIntyre se desplomó, presumiblemente muerto.

En tiempos más recientes, un topo de la organización criminal I.M.A.(Ideas Mecánicas Avanzadas) trabajando para S.H.I.E.L.D. (Directorio de Espionaje, Logística e Intervenciones Estratégicas Peligrosas) encontró almacenado el largo tiempo olvidado cuerpo de McIntyre. Echando por tierra su tapadera, se lo entregó a I.M.A. que procedió a revivir su cuerpo, incorrupto tras tantos años transcurridos debido a que el suero lo había sumido en un estado de animación suspendida. Tras someterle a un lavado de cerebro con el fin de convencerle de que el Capitán América le había robado su futuro y título, lo entrenaron par convertirlo en su nueva arma, el Protocida.

La primera misión encomendada al Protocida fue la de recuperar el Compuesto Omega, un arma biológica, lo que le llevó a enfrentarse con el Capitán América que actuaba en nombre de S.H.I.E.L.D.. El Capitán fue capaz de detenerlo aunque fue seriamente herido en el proceso. Poco después, el Capi se encontró de nuevo con el Protocida, combatiendo ambos codo con codo contra HYDRA. Durante el combate, el Capitán América salvó la vida del Protocida y lo animo a usar sus habilidades para el bien. Sin embargo, fue traicionado y el Protocida lo dejo por muerto.

El Capi persiguió al Protocida hasta la base de I.M.A. donde se enfrentaron por tercera vez. En la consiguiente batalla, el Protocida le devolvió el favor, salvando su vida y fue dado por muerto en la posterior destrucción de dicha base. Sin embargo, se desconoce su paradero actual y si murió realmente.