Guerra de las Armaduras

Esta saga comienza con el descubrimiento realizado por Anthony Stark de que el Espía Maestro había vendido los secretos de la armadura de Iron Man a Justin Hammer. Este había aprovechado la misma para equipar a su grupo de colaboradores blindados habitual, problema este al que Stark decidió poner remedio de inmediato. Como primer paso, decidió asegurarse la ayuda de Scott Lang para obtener información sobre los sujetos que podrían haberse beneficiado de su tecnología. Los primeros en ser abordados por Iron Man en su cruzada particular fueron el Zancudo, el Macero y el Controlador.

A continuación eligió como objetivo a los Raiders, acabando con sus armaduras gracias a dispositivos "anuladores" que destruían los circuitos basados en sus diseños. El próximo objetivo en la lista era Mantarraya, pero al ser un agente gubernamental eso complicaba las cosas. Sin importarle lo más mínimo ese hecho, Iron Man se enfrentó a él y tras haberlo derrotado le acopló uno de los dispositivos. Ello no causo ningún efecto, lo que indicaba que Iron Man se había equivocado al atacarle sin razón.

Tras haber despachado al Escarabajo, Iron Man debió responder ante los Vengadores y SHIELD por causa de su asalto a Mantarraya. Para salir del paso, Stark entregó al director de SHIELD, Nick Furia, el dossier de Randall Pierce, el hombre que supuestamente se escondía tras la armadura de Iron Man. A continuación se ofreció a ayudar a la organización a capturar a este Iron Man descontrolado. Tras engañar a Furia, aprovechó la ocasión para destruir los circuitos de las armaduras mandroides que SHIELD había enviado para neutralizar a Iron Man, pues estas estaban equipadas con los diseños robados.

Poco después, Tony Stark recibió la visita de Steve Rogers que deseaba que el industrial construyera un nuevo escudo para él (al habérsele retirado el apoyo del Gobierno como Capitán América oficial y verse obligado a adoptar la identidad del Capitán). Tony aceptó encantado de ayudar a su amigo, pero pronto las relaciones entre los dos se volverían tensas pues su próximo ataque contra objetivos blindados, tendría lugar en la Bóveda (la prisión especial para supervillanos) con la intención de destruir las armaduras de los Guardas que custodiaban el recinto. Iron Man se infiltró en la Bóveda con la ayuda de Rhodey que suplantó a un supervillano y se dejo capturar. Iron Man acabó con la tecnología de todas las armaduras pero tuvo que enfrentarse a la desagradable tarea de incapacitar al Capitán. Posteriormente ambos se volverían a encontrar y se enfrentarían debido a la falta de ética de la actuación de Iron Man.

Ante el revuelo que estaban causando todos estos ataques indiscriminados de Iron Man, Tony Stark decidió tomar la única decisión que podía liberarle de la presión pública, despedir a Iron Man de su puesto en las Empresas Stark. Ello no significo en absoluto que hubiera aplacado en absoluto sus ansias de perseguir a cualquiera que hubiera incorporado sus avances tecnológicos antaño secretos en sus sistemas de armamento. Ello le condujo inevitablemente a trasladarse a Rusia en busca de dos de sus clásicos antagonistas originarios de este país, Dínamo Escarlata y el segundo Hombre de Titanio. Enfundándose una renovada versión de su armadura de infiltración, penetró en Siberia para anular a este par de villanos comunistas. Dínamo Escarlata fue fácilmente neutralizado por el vengador que no pudo evitar que el Hombre de Titanio destruyera su segundo dispositivo anulador. En la batalla subsiguiente, Iron Man provocó la muerte del villano al incendiar la armadura de este con sus botas cohete, convirtiéndose así en un fugitivo buscado a nivel mundial.

El Gobierno de los USA, se decidió entonces a contratar los servicios de Edwin Cord (el hombre que se encontraba tras los Raiders), con el fin de utilizar su nueva armadura, Potencia de Fuego, para neutralizar al vengador renegado en que se había convertido Iron Man. Iron Man se dirigió a su estación espacial (todavía infectada con la bacteria anaeróbica de I.M.A.) para intentar detectar los últimos rastros de la tecnología de Stark existentes. Finalmente los encontró, pues estos se hallaban en la armadura de Potencia de Fuego. Los dos titanes blindados se enfrentaron en el desierto y Potencia de Fuego dominaba claramente. Tony estaba siendo vapuleado y lo último que se pudo ver de su armadura de Centurión Plateado es que esta salía volando del helicóptero de Stark, para ser alcanzada por el misil "Terminax" de Potencia de Fuego.

Tras estos hechos, se supuso que Iron Man había sido destruido definitivamente por Potencia de Fuego, pero todo el mundo sabe que Tony Stark es un tipo duro de pelar. Inicialmente, este decidió dejar a Iron Man "muerto", pero Edwin Cord uso la armadura de Potencia de Fuego para atacar las propiedades que Stark tenía repartidas por el mundo. Fue entonces cuando Tony decidió tomar cartas en el asunto y construyo una nueva y mejorada armadura dorada y carmesí. Embutido en ella, se enfrentó a Potencia de Fuego cuando este amenazó una instalación de Stark y se pudo comprobar que Potencia de Fuego no tenía ninguna posibilidad. Sin embargo, Potencia de Fuego decidió activar el ingenio nuclear que llevaba en la espalda, llevándose la sorpresa de que estaba estropeado y no conseguía lanzarlo. Fue Iron Man quién tuvo que sacarle las castañas del fuego, desactivando el artefacto tras haberle hecho sudar un poco. Esto significo el renacimiento de un renovado Iron Man.

Como epilogo a esta saga, pudimos observar como Tony Stark se enfrentaba a sus peores demonios internos personificados en forma de pesadilla de la que finalmente despertaba.