Hiperión I

En una Tierra alternativa, un bebé extraterrestre llegó desde un lugar indeterminado. Adoptado por la familia Milton, fue bautizado como Mark, y pronto demostró poseer asombrosos poderes. Adoptando la identidad superheróica de Hiperión, Mark se convirtió en uno de los protectores de su mundo, junto con otros superhéroes, fundándose el Escuadrón Supremo.

Sin embargo, llegó un día en el que el Escuadrón Supremo decidió resolver con sus superpoderes las más grandes lacras de la humanidad, aunque fuese restringiendo sus libertades. Poco después, Hiperión debió enfrentarse a un doble suyo malvado (creado por el Primigenio Gran Maestro), que se había introducido en el Escuadrón y seducido a su amor, la Princesa Poder.

Tras matar a su doble, Hiperión se vio obligado a luchar contra un grupo reunido por Halcón Nocturno (su antiguo compañero del Escuadrón) para detener el intento del Escuadrón de ayudar/controlar a la humanidad. A pesar de ganar la batalla, Hiperión se convirtió en el último superviviente de su Tierra cuando los gobiernos del mundo lanzaron su arsenal nuclear para destruirles.

Recogido por X-51, aceptó ser uno de sus heraldos a cambio de que le enseñara como morir. Hiperión deseaba morir para proteger a su amada, la Princesa Poder, de su doble, ya fallecido. Viajó junto a X-51 a un mundo donde Kulan Gath, el hechicero, gobernaba el mundo, para avisar al Reed Richards de esa realidad de la existencia del embrión Celestial. Pero Reed Richards estaba muerto. Cuando le dijeron a Kulan Gath la verdad, éste río y preguntó que de dónde creían que provenía su poder. Hiperión le desintegró con la mirada.

Al terminar con la misión de X-51, Hiperión siguió con su máximo deseo: saber como morir. Su deseo fue cumplido cuando entró en el Paraíso, para salvar a Reed Richards de la supuesta amenaza de Mar-Vell. Al chocar contra el sol oscuro de antimateria, Hiperión simplemente lo atravesó, muriendo y convirtiéndose inmediatamente en uno de los habitantes del Paraíso.

Allí, luchó contra el ejército Kree. Cuando éste fue vencido, comenzó a luchar con su doble, pero la Princesa Poder le detuvo, haciéndole ver que ahora le amaba. Hiperión había muerto para nada.