Mana Yanowa

Durante más de 800 años, la orden de Shosei y sus sacerdotisas Miko protegieron Japón de todas las amenazas mágicas que pudiesen atacarlo. En el siglo XIX, nacieron Mana y Hana, dos gemelas destinadas a luchar entre ellas por el liderazgo de la orden. Finalmente, fue Mana quien consiguió este honor.

Tras convertirse en la suma sacerdotisa de la orden de Shosei, Mana se enfrentó a diversas amenazas místicas. Finalmente se vio obligada a luchar contra su propia hermana Hana, quien se había aliado con el demonio Ryuki y pretendía devastar Japón. Corría el año de 1864. Como última baza, Mana intentó atrapar el alma de Ryuki en la joya de su collar (que se conocería más tarde como la marca de Mana), pero aunque lo consiguió, también atrapó dentro de él su propia alma y la de Hana.

Durante décadas, el cuerpo de Mana fue protegido por los últimos vestigios de la orden. Cuando una ladrona japonesa, Yukio se hizo con la marca de Mana, los sucesos se desencadenaron hasta que Lobezno despertó a la propia Mana al poner su collar a su cuerpo inerte.

Sin embargo, esto significaba tener que enfrentarse también a unos renacidos Hana y Ryuki. Contactando con el ser místico Oinari, la zorra de pelo plateado, este le reveló la vulnerabilidad de Ryuki al oro; además de decirle que algún día Mana le devolvería el favor. Con este nuevo conocimiento, Mana transformó temporalmente una de las garras de Logan en oro, lo que hizo que, durante el combate místico entre Mana y su hermana, Logan pudiese separar a Hana de Ryuki al herir a éste con el oro. Separada al fin del demonio, Mana puso fin a la vida de Hana.

Posteriormente, y tras el fin de esta amenaza, se descubriría que Amiko, la hija adoptiva de Lobezno, era descendiente directa de una miembro de la orden de Shosei, por lo que Mana la aceptaría como discípula, y continuación de la casi extinta orden.