Berthilda

Berthilda era una mujer de mal vivir que logró seducir a Costranno, un sacerdote de Argos. Al descubrir que sus poderes mágicos derivaban de su anillo, Berthilda le cortó el dedo y lo denunció a las autoridades. Costranno fue sentenciado a muerte por Hadranor, el Rey de Zamora, acusado de practicar ritos obscenos sobre la vida y la muerte. Antes de morir decapitado, el sacerdote maldijo a Berthilda. La mujer, en cambio, pretendía robar la casa de Costranno, pero los discípulos del mago robaron su cuerpo y lo resucitaron.

El sacerdote persiguió a Berthilda y la secuestró para sacrificarla a una bestia infernal, pero intervinieron Conan y Red Sonja que la rescataron. Conan cortó la mano de Costranno, separándolo así de su anillo que lo mantenía con vida y huyeron del lugar. La ambición de Berthilda, sin embargo, hizo que la mujer regresara sola a la casa donde se encontraba el cadáver del sacerdote. Pero al poco rato de haber entrado se oyó el grito de terror de la muchacha y ya nunca más se volvió a saber de ella.