Armadura Ablativa Iron Man Mark I

descripción

Estéticamente, la armadura Ablativa era un gran cambio desde las líneas limpias y maquinales de la Mark XI. Similar a una vaina, el traje estaba compuesto de filos blandos, con curvas elípticas que daban a la armadura un aspecto hinchado y un tanto extraterrestre.

Su superficie era dura, pero también similar a la de la lava fundida. Ejemplo de ello eran los moldes de sus brazos, sus guanteletes y sus botas. El casco tenía una máscara que podía levantarse, como era habitual en las armaduras más modernas construidas por Stark.

Un prototipo diseñado originalmente para la exploración espacial en ambientes en donde recibiría fuertes impactos (como campos de asteroides, la cola de un cometa o tormentas de partículas), era un rediseño de las armaduras de protección de Stark. Dando un nuevo giro a la palabra "invencibilidad", la armadura era ablativa, lo que significaba que se degradaba a cada golpe.

Esto no sólo significaba que la armadura se autorreparase, sino que recibía su fuerza del hecho de que se caía a pedazos al contacto, ya que la fuerza de los golpes ligeros era expulsada de la armadura en forma de pequeños azulejos astillados, hechos de un polímero especial resistente a grandes impactos.

Los azulejos se almacenaban en una matriz agujereada en la superficie de la armadura, apilados y tejidos para formar una coraza exterior irrompible pero elástica. Cuando un azulejo era dañado, se separaba de la armadura, y la siguiente capa ocupaba su lugar. Cuando no era necesario expulsarlos, los azulejos se mantenían en su lugar correspondiente por medio de un campo de fuerza. Este se desconectaba de forma controlada en las zonas donde necesitaban expulsarse los azulejos, pero podía apagarse por completo al sufrir fuertes impactos.

Los azulejos eran creados en un horno de polímeros situado en la parte trasera de la armadura. El horno preparaba nuevos azulejos si era necesario, liberándolas a través de uno de sus cuatro puertos. Los nuevos azulejos se adherían entonces al campo de fuerza, siendo disparadas como proyectiles si era necesario.

Aunque menos robusta que la Mark XI, este modelo era realmente apropiado para su misión (que no era otra que combatir a un parásito nanoplasmático alienígena causante de la destrucción de la Mark XI). Cuando era atacado por fuerzas externas (en este caso el fluido nanoplásmico alienígena), la armadura arrojaba lejos de sí los azulejos infectados, donde no podían causarle daño.

Stark era capaz de reprogramar el horno en pleno vuelo para crear diferentes azulejos. Modificándolos para reaccionar de forma agresiva hacia el alienígena cuando éste intentaba absorberlas, era capaz de crear azulejos que tomaban el control del nanoplasma, transformándolo en nano-máquinas bajo su control, que podían a su vez combatir al fluido alienígena.

La armadura Ablativa tomaba ventaja a la serie estándar de los sistemas informáticos de abordo empleados por Stark en sus armaduras. Mientras controlaba toda la compleja armadura, también monitorizaba las señales vitales del portador. Este hecho hacía que pudiese detectar una pérdida de consciencia y así activar los sistemas de navegación de emergencia, que incluían un piloto automático.

Además de estar provisto con la serie habitual del equipo de detección, la armadura tenía un haz de proyección magnética. Un escáner cerebral en las palmas complementaba los bio-sensores (que incluían una resonancia magnética), además de un escáner térmico.

La armadura Ablativo utilizaba botas jets para un vuelo dirigido tanto en la Tierra como en el espacio exterior. También podía proyectar un escudo de contención biológica, útil para transportar muestras desde planetas desconocidos o bio-amenazas de cualquier confín de la Tierra.

El sistema armamentístico de la armadura incluía repulsores y un Unirrayo. En cuanto a defensa, su escudo de fuerza podía generar un muro orbital de azulejos que podía ralentizar o detener el impacto de pequeños proyectiles.