Bandolero

Con una larga carrera como ladrón especializado en lo extraño, Bandolero fue contratado por Nicodemus West para que robase el elixir de Otkid de manos del Doctor Extraño. Lógicamente atacado por el maestro de las artes místicas al detectar su intrusión en su hogar, Bandolero contraatacó disparándole con la pistola que Hitler utilizó para suicidarse (cargada con balas de plata), un disparo con tal karma negativo que fue capaz de atravesar las defensas mágicas de Extraño.

Tras esto, Bandolero huyó y entregó el elixir a West. Extraño (junto a sus acompañantes, Wong y la Enfermera de Noche) consiguió rastrear su pista hasta su base de operaciones. Allí, sus atacantes lograron sortear sus defensas robóticas, aprisionándole.

Extraño mismo se internó (literalmente) en la psique de Bandolero, a fin de encontrar quien le había contratado. Aunque en un principio intentó engañarle mentando a Pesadilla, Dormammu y muchos otros de sus enemigos, Bandolero mostró a Nicodemus West a Extraño (que, sorprendido, no pareció reconocerle), ante la amenaza de éste de borrar partes importantes de su memoria.

Tras esto, y como represalia a la herida de bala sufrida y el ataque a su hogar, Extraño condenó a Bandolero encerrándole en su propia mente (a sabiendas de que había cubierto su pista lo suficiente como para permanecer ajeno a la justicia) para que reflexionase sobre sus crímenes durante largo tiempo (puede que permanentemente).