Maggie

A diferencia de muchos mutantes, cuyos poderes despertaban con la adolescencia, Maggie la desarrolló durante la niñez, o puede que ya nada más nacer. Ante el creciente sentimiento anti-mutante, el aspecto de la niña hizo que su padre fuera despedido de su trabajo. Sus padres culparon a Maggie y dijeron no poder ocuparse ya de ella, abandonándola.

Jenny y Beth Shelton la encontraron en un parque cercano a su casa, escondiéndola en el sótano y llevándole comida para que sobreviviera. Cuando su madre la encontró se la enseñó a su marido, el fotógrafo Phil Shelton, que aunque temía a los mutantes fue consciente de que Maggie era tan sólo una niña indefensa.

Criándola oculta en el sótano por temor a que sus vecinos la atacasen, Maggie vivió feliz con los Shelton. Sin embargo, la histeria anti-mutante se desató la noche del despertar de los Centinelas, y Maggie abandonó la casa por miedo a que atacasen el hogar de los Shelton, agradeciendo todo lo que habían hecho por ella con una nota. Jamás volverían a saber de ella.