El Caído

Hace eones, el Devorador de Mundos conocido como Galactus tenía la necesidad de alimentarse, consumiendo la energía de planetas. Sin embargo no todos los planetas eran aptos para alimentarle, y como el Devorador no podía ir vagando por el espacio en busca de estos planetas, debía buscar alguien que lo hiciera por él. Miles de años después, Galactus decidió que ese papel lo asumieran aquellos que serían conocidos como Heraldos, sin embargo, esta no fue la primera opción de Galactus, ya que en un primer momento, el Devorador intentaría crear a esta figura, la cual buscaría los planetas aptos para servirle de alimento, por él. El primero de estos Heraldos fue el ser conocido como El Caído. Las circunstancias bajos las cuales se creo al Caído no se conocen, solo se sabe que estuvo al servicio de Galactus durante una cantidad de tiempo no determinadas, pero debido a su naturaleza corrupta, su hambre de poder y su extrema violencia, cayó en desgracia a ojos del Devorador, que lo exilió de su lado.

El Caído decidió vengarse de su antiguo amo, y se enfrentó al Devorador, siendo derrotado por este una y otra vez y posteriormente encerrado, pero el Caído escapaba todas las veces y volvía a enfrentarse a su antiguo maestro. Recientemente, el Caído decidió cambiar de táctica, ya que no podía competir con Galactus en cuanto a poder crudo, decidió acabar con su fuente de sustento. Como hiciera antaño, el Caído se dedicó a buscar planetas que pudieran alimentar a Galactus, pero cuando los encontraba, los destruía de modo que no pudieran servir de alimento al Devorador. Tras sembrar el caos y el genocidio por todo el Universo, el Caído vio como frente a su objetivo, un planeta distante, se alzaba un inesperado protector, se trataba de Star Lord, que utilizó su nave para abatir al Caído, sin embargo, paradójicamente la energía liberada para detener al ex heraldo de Galactus fue tal, que el planeta que Star Lord pretendía proteger fue destruido, pereciendo cientos de miles de personas.

El Caído fue puesto bajo custodia del Cuerpo Nova, y encerrado en la prisión intergaláctica de máxima seguridad conocida como las Kyln, en el Crujido, y allí permaneció hasta que un combate entre Thanos y la Hacedora privó de energía a parte de las Kyln, permitiendo al Caído escapar de su encierro.

De nuevo libre, el Caído volvió a su plan original, destruir a Galactus, y tras atravesar medio Universo, logró llegar hasta la nave del Devorador, y penetró en ella dispuesto a zanjar su guerra de una vez por todas. Sin embargo, un nuevo jugador entró en escena, Thanos, el cual había sentido al Caído durante su batalla contra la Hacedora, se materializó en la nave mediante una imagen mental, e intentó persuadir al Caído que atacara a Galactus, intentando hacerle ver que este era una parte esencial del orden cósmico, sin embargo el Caído no atendía a razones, y atacó la imagen mental de Thanos infructuosamente claro. Sin embargo, esto llamó la atención de Galactus, el cual tenía sus propios problemas y no podía perder tiempo en un nuevo conflicto contra el Caído. El Devorador decidió que ya que el Titán tenía tanto interés en el Caído, se encargara él de su antiguo heraldo, y con un gesto envió a su díscolo ex sirviente a la nave de Thanos. Furioso, el Caído atacó a Thanos por interferir en sus asuntos, y pese a que desató sobre el titán toda su energía cósmica, fue finalmente derrotado por Thanos y su aliada Skreet, que lanzaron al Caído contra el corazón de un planeta gaseoso que acabó haciendo explosión. Tan violenta explosión de energía solo fue capaz de dejar al Caído inconsciente, y fue así como lo encontró Thanos, que por medios desconocidos lo sometió mentalmente, de modo que el que antaño fuera heraldo de Galactus, ahora serviría a Thanos.

El Caído acompañó a Thanos desde entonces, y cuando Anhilius lanzó su Oleada Aniquiladora desde la Zona Negativa, el titán se sintió intrigado por la figura de Annihilus, y su afán por capturar a aquellos que portaban el poder cósmico, como Estela Plateada o el Caminante Aéreo, por parte de sus sirvientes, los Buscadores. Thanos envió al Caído a localizar a los Buscadores, y tras localizarlos, se produjo una entrevista entre Voraz, líder de los Buscadores, y Thanos, que acabó con la alianza entre Thanos y Anhilius.

Mientras, Thanos envió al Caído hasta las ruinas de las Kyln, para que averiguara la situación de la Hacedora, que se encontraba presa en las Kyln tras su batalla contra el titán, sin embargo, pese a que el Caído encontró el cuerpo de la Hacedora aparentemente sin vida, otros antiguos presos de las Kyln no estaban tan indefensos.

Efectivamente, el Caído fue emboscado por dos de los antiguos Proemios, Tenebroso y Aegis, encerrados hace eones por Galactus en el Crujido que proporcionaba poder a las Kyln y liberados tras el paso de la Oleada Aniquiladora. Ancestrales enemigos de Galactus, Aegis y Tenebroso sintieron la impronta de poder del Devorador de Mundos en el Caído, pero este les dijo que ya no servía a Galactus, sino a Thanos, intrigados, los dos Proemios decidieron esperar a aquel que había sido capaz de conseguir esclavizar a un siervo de Galactus, y permanecieron en las ruinas de las Kyln, sabiendo que tarde o temprano el ser llamado Thanos acudiría allí en busca de su siervo.

Efectivamente, Thanos marchó a las Kyln, donde encontró a Tenebroso y a Aegis, que le devolvieron el cuerpo del Caído convertido en un cascarón privado de cualquier energía, los tres encontraron un objetivo común, Galactus, y formaron una alianza, aunque nada de esto vería el Caído, que había perecido a manos de los Proemios.

El cuerpo del Caído fue recuperado por Thanos que lo llevó a Asgard y lo entregó a los elfos de Nidavellir los cuales extrajeron el poder cósmico de su interior y lo almacenaron en una urna especial para entregárselo a Thanos. Sin embargo el titán loco había muerto asesinado de modo que no pudo recuperar la urna que se convirtió en objeto ansiado por muchos, mientras que el ahora inerte cuerpo del Caído permanecía en Asgard. Dado que aquellos que habían recibido la impronta de Galactus han vuelto de la muerte una y otra vez, es probable que no sea la última vez que se oiga hablar del Caído.