Cosa Sapo de Xuthlan

Se desconoce por completo el origen de la extraña Cosa Sapo que salió del interior de los Monolitos Negros de Xuthlan. Cuando las tropas de la ciudad estado de Aghrapur sitiaron Makkalet, la Reina Melissandra envió en misión secreta a Khurusan hasta los Monolitos Negros de Xuthlan. Allí el soldado mató a sangre fría a Justin el Ermitaño Ciego, quien vigilaba las ruinas, y apresó a su hija y a Conan, el mercenario que los acompañaba desde Makkalet. Sacrificando a la muchacha al Dios Sin Nombre, la Cosa Sapo se materializó sobre los Monolitos y descendió para devorar a Conan, que se encontraba atado en el altar de sacrificios. El joven bárbaro logró romper las ataduras y logró arrebatar la espada a Khurusan. Blandiendo el arma, hundió la hoja en la cabeza de la Cosa Sapo hasta su empuñadura, pero el ser no se detuvo y pareció no ser afectado por el arma. Conan se dio entonces cuenta que el brazalete que llevaba en el brazo regalo de la Reina Melissandra tenía unas inscripciones ininteligibles muy parecidas a las que había escritas en la base de los Monolitos Negros. Por este motivo se la sacó y la arrojó a las manos de Khurusan. La Cosa Sapo cambió inmediatamente de objetivo y devoró al desprevenido soldado. Acto seguido una nube negra surgió de entre las columnas y la Cosa Sapo desapareció en ella.

Es posible que debido a sus características místicas, la Cosa Sapo sobreviviera milenios hasta nuestros días, donde ha sido vista en lo que actualmente se conoce como Hungria, siendo que su sola visión ha llevado a la locura a aquellos que se han acercado a verlos, siendo adorado todavía por lo que solo podrían ser descendientes de los descendientes de Melissandra y que todavía realizaban rituales de sangre en su honor. Sin embargo, no ha podido confirmarse plenamente que se trate de la misma criatura a la que se enfrentó Conan.