Caimán

El Caimán era uno de los veinticinco traficantes de droga más importantes del mundo. Recibía su apodo del enorme acuario con caimanes que tenía en su finca en medio de la jungla. Aunque se lucraba con este negocio no dejaba que los habitantes de su barrio consumieran sus drogas e invertía una parte de su beneficio en mejorar sus condiciones de vida, llegando incluso a levantar una escuela. Durante la Guerra de Evolución en la que se lanzó el Alto Evolucionador para llevar a la humanidad a un nuevo estadio, consideró que los indignos evolutivamente hablando debían ser eliminados, en concreto consideraba que los que traficaban con drogas y las consumían eran un peligro para la humanidad. Por este motivo El Caimán fue objetivo de sus Purificadores. Paralelamente, el Castigador había decidido ir tras El Caimán. Mientras se encontraba en Bogotá, fue testigo del ataque de los Purificadores a un barrio popular de la ciudad que estaba bajo el control del traficante. El Castigador salvó a Lucinda, la hija adolescente del Caimán, quien la llevó junto a su padre. El Castigador fue sincero con él y le dijo que estaba allí para convencerlo en que dejara el negocio de las drogas. Pese a sus diferencias, los dos decidieron aunar fuerzas contra los Purificadores. Tras huir de Bogotá y refugiarse en la finca de la jungla, el Castigador fue testigo de como El Caimán ordenaba matar a un Purificador que habían apresando tirándolo al tanque de los caimanes. El resto de los Purificadores no tardaron en localizar su escondite y lo asediaron. Todos los hombres del Caimán murieron o huyeron hasta que quedaron en pie solo el Castigador y El Caimán en la habitación donde estaba el acuario. Tras liquidar al último de los Purificadores, El Caimán disparó contra el Castigador. El hombre saltó tras unas cajas y disparó directamente al cristal del acuario que al estallar liberó a los enormes reptiles. Irónicamente El Caimán murió de la misma forma que le había dado el apodo.