Caminante Aéreo

Gabriel Lan era capitán de una nave exploradora de Xandar, cuya misión era buscar y contactar nuevas civilizaciones alienígenas para iniciar relaciones diplomáticas y comerciales con ellas. Lan se había distinguido ya en el Cuerpo Nova de Xandar, y dio la bienvenida a la posibilidad de capitanear una nave exploradora, ya que coincidía con sus aspiraciones de la infancia, y sus deseos de explorar el espacio. Tras siete años de viaje, Lan volvía a su sistema solar cuando una nave cilíndrica de naturaleza desconocida se acercó a la suya. Un rayo teleportador arrancó a Lan del puente de mando, llevándolo a bordo de la nave de Galactus, el Devorador de Mundos. Galactus le explicó a Lan que buscaba un nuevo heraldo para sustituir al desertor Estela Plateada, y habiendo explorado su mente, lo consideraba un candidato apropiado. Lan aceptó la oferta de Galactus que le otorgaba vastos poderes, y le permitía una vida de viajes ilimitados. Una mera fracción del poder de Galactus, convirtió a Gabriel Lan en el Caminante Aéreo, el segundo de los grandes Heraldos de Galactus.

Renunciando voluntariamente a su vida anterior, el Caminante Aéreo sirvió fielmente a Galactus durante muchos años, buscando nuevos mundos que satisficieran el apetito de su señor. El Caminante Aéreo llegó a hacerse amigo de Galactus, pasándose horas escuchando las historias que este le contaba sobre los misterios y las maravillas del Universo. Un día, el Caminante Aéreo avistó un mundo que podía servir de alimento a Galactus, y volvió para avisarle, sin embargo, una flota de naves se interpuso en su camino. La flota estaba dirigida por Ovoides, miembros de una poderosa civilización que temía la llegada de Galactus, y atacaron sin piedad al Caminante Aéreo con armamento diseñado para matar al propio Galactus. Como Galactus estaba débil por la falta de alimento, no pudo defenderse del ataque Ovoide, y hubo de retirarse de aquel sector, como necesitaba de cada brizna de su energía para sobrevivir, por lo que no pudo usar esa energía para resucitar la moribunda chispa de vida que aún brillaba en su fiel heraldo.

Una vez recuperadas las fuerzas, Galactus transfirió la consciencia de su heraldo a una perfecta réplica robótica. Pero en la réplica faltaba algo, esa vitalidad, esa pasión por los misterios del espacio que tanto había apreciado Galactus en el Caminante Aéreo original. Galactus envió al Caminante Aéreo a la Tierra, para que trajera de nuevo a Estela Plateada para que volviera a convertirse en su heraldo. Cuando el robot llegó a la Tierra, hubo de enfrentarse a Estela Plateada y a los 4 Fantásticos, Estela rehusó volver a convertirse en heraldo, y hubo de destruir al Caminante Aéreo robótico, Galactus se marchó entristecido, al tener que abandonar al defectuoso robot.

Los restos del Caminante Aéreo fueron recogidos por el Forjador de Máquinas, que intentó repararlo para usarlo para sus planes, pero no fue capaz de entender la compleja maquinaria alienígena, y hubo de abandonarlo. Sin embargo, inadvertidamente, el Forjador había activado el mecanismo autorreparador del Caminante Aéreo, que después de varios meses logró reparar su cuerpo, y tras recuperar su consciencia artificial, buscó a Estela Plateada para vengarse de su anterior derrota. En lugar de Estela Plateada se encontró con Thor, el cual dañó de forma aparentemente irreparable al robot, sus restos fueron recogidos por otro de los Heraldos de Galactus, y gran amigo del Caminante en su anterior encarnación de Gabriel Lan, el Señor del Fuego, que enterró los restos de su amigo en un asteroide del Sistema Trania, cerca de Xandar, iluminando la tumba con una llama cósmica que ardería eternamente.

Parte de la Maquinaria del Caminante Aéreo robot, cayó en manos del científico Jonhattan Cayre, que creó un duplicado del mismo, sin embargo, el supergrupo inglés Excalibur se encargó de destruirlo cuando se volvió malvado.

Tras la deserción de Nova como heraldo de Galactus, este decidió que su nuevo heraldo sería alguien al que las emociones no le apartaron de su deber, y escogió a un ser sanguinario, antiguo verdugo de un planeta lejano, llamado Morg, al que dotó del poder cósmico. Comprendiendo que el poder cósmico en manos de un ser tan sanguinario como Morg suponía una amenaza para todo el universo, Estela Plateada se enfrentó a él, y tras ser derrotado, reclutó a los antiguos heraldos de Galactus para que le ayudaran. Así, Estela Plateada reunió a Terrax, a Nova, al Señor del Fuego, y entonces viajaron hasta el satélite que servía de tumba al Caminante Aéreo, y tras recuperar su cuerpo, lo insuflaron con la energía cósmica, devolviéndole a la "vida". Los cinco ex-heraldos de Galactus combatieron a Morg, y este hirió mortalmente a Nova, y dejó gravemente herido al Caminante Aéreo. Tras acabar la batalla, y enterrar a Nova, el Señor del Fuego decidió convertirse en el nuevo heraldo de Galactus junto al Caminante Aéreo, para así tener acceso a la maquinaria de Galactus, y poder reparar a su amigo.

Presumiblemente lo consiguió, ya que la personalidad de Gabriel no murió al destruirse la nave de Galactus en su batalla contra el Tirano. Se desconocen sus actividades recientes hasta que la Oleada Aniquiladora (un vasto ejército comandado por Annihilus desde la Zona Negativa) irrumpió en nuestro universo. El planeta Xandar fue destruido por el poderoso ejército en un intento de atraer al Señor del Fuego y el propio Caminante, ya que Annihilus ansiaba conocer todo lo posible sobre el poder cósmico. Combatiendo murió tras luchar contra los secuaces de Annihilus, que pensaban destruirle tras descubrir que era un robot, no un ser vivo imbuido de poder cósmico; no obstante, fue rescatado en el último momento por Estela Plateada, y alcanzó al fin el merecido respeto en la muerte al destrur éste su cuerpo junto a varios asteroides, para impedir que Annihilus o sus subalternos manipulasen sus restos para investigarlos.