Grondaar

Grondaar era el monarca de Baluur, uno de los mayores y más importantes planetas de la Zona Negativa. Es también el padre de Blastaar, el que sería uno de los mayores guerreros de esta dimensión. Tras varias décadas de reinado, Grondaar cedió el trono a su hijo, esperando que éste siguiera la senda por él iniciada. Sin embargo, Blastaar demostró no ser un monarca tan benigno como su padre y mientras su pueblo se moría de hambre, él se enriquecía. El pueblo de Baluur no tardó en revelarse, suplicando a Grondaar que liderara una rebelión contra Blastaar.

Grondaar encabezó un asalto contra el Palacio real, asesinando a los partidarios de su hijo al que derrotó. Entonces, dejándose llevar por el paternalismo, Grondaar decidió que en lugar de ejecutar a su hijo, lo colocaría en un asteroide condenándolo a vagar sin rumbo por la Zona Negativa. Avergonzado por los actos de su familia, Grondaar renunció a ocupar de nuevo el trono, en lugar de ello, colocó a un regente como monarca, pero éste demostró ser un rey débil que permitió que Baluur fuera asediado por planetas vecinos. Temerosos ante una posible invasión, los habitantes de Baluur recibieron entusiasmados el regreso de Blastaar puesto que ansiaban un monarca fuerte que los protegiera.

Sin embargo, Blastaar los condujo a una guerra tras otra en su intento de conquistar la Zona Negativa, enzarzándose en batallas tanto contra monarcas rivales como contra habitantes del Universo positivo, por ejemplo los Vengadores o los 4 Fantásticos. Contra estos últimos se enfrentó, aliado con Annihilus, cuando estos entraron en la Zona Negativa, pero traicionado por uno de sus lugartenientes, a punto estuvo de morir y solo logró sobrevivir poniéndose en animación suspendida. Grondaar asumió, esta vez si, el trono de Baluur tras la aparente muerte de su hijo. En los años siguientes Grondaar convirtió un planeta salvaje y atrasado en uno de erudición y logros intelectuales, en un paraíso, en un lugar de ciencia, arte y conocimiento.

Pero todo esto acabó cuando Blastaar regresó a Baluur al mando de un ejército de bárbaros, dispuesto a recuperar su trono. Grondaar vio como Blastaar sorteaba fácilmente los sistemas defensivos de Baluur y se disponía a dar comienzo a una guerra civil que causaría miles de muertos. Para evitarlo, Grondaar retó a Blastaar a un combate personal, un duelo a muerte en el que aquel que ganara reinaría sobre Baluur. Blastaar aceptó el reto y padre e hijo comenzaron un combate a muerte en el que por momentos, Grondaar pareció llevar la iniciativa. Acariciando ya la victoria, Grondaar ofreció a su hijo clemencia si se rendía, cambiando la pena de muerte por una de prisión perpetua. Pero sacando fuerzas de flaqueza, Blastaar lanzó un rayo de energía contra su padre, que fue consumido por la energía manejada por su hijo muriendo {WOK:W:B}.