Bourtai

Bourtai era un ladronzuelo que vivía en Wan Tengri una ciudad de Khitai bajo la tiranía de los Siete Magos. Un día vio el cuerpo inconsciente de un enorme bárbaro fuera de las murallas de la ciudad y Bourtai se acercó para robarle {CTB 32}. Sin embargo el hombre, quien resultó ser el joven Conan, lo agarró por la mano para impedir que le robara. Antes de que Conan pudiera hacerle daño alguno llegaron los guardias de la ciudad y el hombre se marchó escalando por los tejados, Conan lo siguió y éste lo condujo hasta la guarida de todos los parias que se ocultaban a los Siete Magos. Cuando Bourtai informó a Conan de que el mercader de lana Kassar había sido hecho prisionero en la torre de los magos, el intrépido bárbaro decidió ir a rescatarlo, ya que no podía permitir que nadie muriera en su nombre al haber sido Kassar quien lo ayudó a infiltrarse en la ciudad. Bourtai condujo a Conan hasta los túneles bajo la torre de los magos, pero cuando vio el peligro rápidamente se escabulló {CTB 33}. Sin embargo, cuando Conan provocó que los Siete Magos y sus respectivos ejércitos lucharan entre ellos, Bourtai ayudó de nuevo a Conan a escapar de la pelea. Juntos se deslizaron por los túneles donde se enfrentaron a una peligrosa mantícora y luego a Shamaash el Terrible. Tras encontrar a la Princesa y ayudarla a derrotar a los Siete Magos, la hechicera entregó un cofre de oro a Conan como agradecimiento por su ayuda y Bourtai decidió seguir al bárbaro con los ojos grandes como platos. Pero nada más alejarse a remo de la ciudad el cofre desapareció y la barca empezó a hacer aguas. Conan premió a Bourtai a achicar el agua mientras él seguía remando para irse lo más rápido posible de esa peligrosa urbe {CTB 34}.

De camino hacia Aghrapur, Conan y Bourtai fueron atacados por unos forajidos del desierto. Para salvar sus vidas tuvieron que adentrarse en el desierto donde una tormenta de arena se cernió sobre ellos. Conan agarró a Bourtai, quien carecía de fuerzas para hacer frente a la furia del desierto. Perdidos encontraron las ruinas de Kara-Shehr, una legendaria ciudad en la que se encontraba una enorme joya. Conan y Bourtai se adentraron en uno templo y hallaron el Ojo Azur de Kara-Shehr. Pese a los consejos de Conan de dejar la piedra preciosa en paz, Bourtai decidió cogerla, pero al escuchar su compañero un ruido sospechoso le ordenó dejarla en la mano del esqueleto en la que se encontraba. El esqueleto cerró sus dedos entorno a ella. Entonces entraron Kai Shaah, un antiguo enemigo de Conan, y los forajidos del desierto. Tras hacerlos prisioneros Kai Shaah agarró la gema, pero esto causó que el demonio que la protegía surgiera y lo atacara. En la confusión Bourtai también quiso coger de nuevo la gema, pero el demonio lo mató a él y Shaah sin que Conan pudiera hacer nada para evitarlo {CTB 35}.