Morophla

Morophla y su hermana Uathacht eran dos hechiceros que proclamaban haber nacido en un tiempo tan antiguo que hasta las estrellas habían olvidado su nacimiento. Unas décadas antes de su encuentro con Conan y Red Sonja, los dos hermanos se asentaron en Stygia, donde se encontraban bien hasta que Thut-Amon los expulsó de allí lanzándoles una maldición que les obligaba a consumir sangre humana para no convertirse en polvo. Los hechiceros se asentaron en un valle oculto en Zamora donde mataban a los viajeros que caían en sus manos. El valle donde vivían emanaba una niebla tóxica que afectaba lentamente a los humanos que allí vivían creando una raza de degenerados seres con los que Morophla realizaba experimentos y cruces como realizó con el fallido Dromek, pero estaban tan corrompidos que no podían alimentarse de ellos {CTB 43-FB-BTS}.

Un día llegaron a su torreón Conan y Red Sonja, quienes venía huyendo de unos cazadores de recompensas. Los dos hechiceros los acogieron y Morophla dirigió una macabra visita por los túneles bajo la torre. Al llegar ante el foso de Dromek, Uathacht empujó a Red Sonja a su interior, ya que sabía que su hermano planeaba abusar sexualmente de ella y lo envidiaba porque a ella no le dejaba disfrutar del guerrero. Pero Conan saltó al interior y mató a Dromek. Morophla advirtió a su hermana que si algo le ocurría a la chica desataría su ira contra ella. Al salir del foso, el hechicero controló mentalmente a Conan y lo obligó a encerrarse con su compañera en una celda {CTB 43}.

Al día siguiente sacó a Conan de la celda, quería ablandar más a la guerrera antes de disfrutar con ella, así que planeaba dejarla más tiempo encerrada. Dominándolo con su magia lo obligó a aparearse con los humanos degenerados. Pero subestimó a su hermana. En los días que siguieron Morophla cayó bajo un conjuro lanzado por Uathacht que le impedía moverse, ya que la hechicera se había dejado seducir por Conan. Pero Red Sonja la mató y los dos guerreros huyeron de la celda y entraron dentro del estudio del hechicero donde empezaron a dispersar los libros y pergaminos para prenderle fuego. Pese a tener el cuerpo inerte, Morophla logró lanzar una proyección de algunos de los engendros con los que había luchado recientemente Conan. Pero Red Sonja logró prender fuego a la polvora que había encontrado y la manifestación mágica desapareció. Es de suponer que Morophla fue consumido totalmente por las llamas, ya que nunca se volvió a tener noticias suyas {CTB 44}.