null

Idie Okonko fue una de las primeras mutantes en manifestar sus poderes tras al Día M. Durante mucho tiempo el gen mutante prácticamente desapareció de la Tierra y no se dieron más nacimientos ni manifestaciones de mutantes nuevos. Tras el regreso de Hope Summers de su viaje al futuro para escapar de Bishop, empezaron a manifestarse nuevos mutantes. Idie Okonko fue detectada por Cerebra en Kenia, lugar al que viajaron Tormenta y Hope. La chica, con profundas creencias religiosas, se había encerrado en una capilla implorando perdón por creer que había sido una pecadora al no entender que eran los poderes incontrolados de fuego y hielo que manifestaba. Tormenta retuvo a los hombres armados que se disponían a abrir fuego contra la chica y Hope estabilizó sus poderes con su contacto. Los hombres dispararon, pero Idie guiada por Tormenta los detuvo sin causarles daño. Sin familia ni guía, Idie se unió a los mutantes y fue trasladada en el Pájaro Negro para continuar el rescate de las otras Luces, nombre con el que se designó a los primeros cinco nuevos mutantes {UX 528~ 529}.

Cuatro de las Luces habían sido reunidos, Idie, Laurie, Gabriel y Teon, así que el grupo se desplazó hasta Tokio donde Kenji Uedo se había descontrolado totalmente y sus poderes de transformación máquina-hombre amenazaban con causar una devastación. Pese a su inexperiencia Idie ayudó a contener a Kenji con sus poderes igneos, hasta que finalmente Hope lo tocó y logró estabilizarlo uniéndose así al grupo {GENH 1~ 4}.

Al ser la componente más joven del grupo, Hope decidió que no participaría directamente en el campo de batalla cuando se enfrentaron a una amenaza desconocida en Berlín. Un nuevo mutante había sumido en letargo al personal y los pacientes de todo un hospital. Mientras Idie se quedó conversando con Kitty Pryde, se escandalizó al descubrir que mantenía una relación con Coloso sin estar los dos casados. Finalmente se descubrió que el causante de todo era un nonato dotado de tremendos poderes mentales que tenía miedo de nacer. Idie intentó calmarlo, pero su visión negativa de la religión le impidió tranquilizarlo {GENH 6~ 7}.