Plasma

Poco se sabe de los primeros años de la vida de Leila O'Toole. Aparentemente, mientras se hallaba en la universidad, viajo a Egipto para explorar las ruinas que se hallaban en el Valle del Nilo. Estando allí, se toparía con el Culto del Faraón Viviente, un culto creado por este pero que, desde su partida de la Tierra, había sobrevivido con la esperanza de hallar a un nuevo ser al que adorar. O'Toole se sintió intrigada por este culto, y pronto sería introducida en sus enseñanzas. Con el paso del tiempo, O'Toole obtendría del sumo sacerdote información acerca de Alex Summers, más conocido como el mutante Kaos. Así, averiguaría que el Faraón Viviente poseía un vínculo psíquico con Summers y que el poder alimentado por la energía cósmica de este evitaba que el Faraón Viviente fuera capaz de utilizar su poder a plena potencia. Por ello, el culto pensaba que si conseguían capturar a Summers, procediendo a neutralizar su poder, uno de sus miembros (en su totalidad relacionados con el Faraón Viviente) podría acceder a dicho poder {M/CP 24, 31}.

Pronto, O'Toole y algunos de los sacerdotes apodados Rastreadores, se dirigirían a Australia y darían con Summers. Simulando hallarse en problemas, O'Toole atraería a Kaos mientras los Rastreadores la atacaban. Este conseguiría repeler su ataque temporalmente usando sus poderes. En ese momento, O'Toole se sintió revitalizada por el rayo de energía del mutante, dándose cuenta de que necesitaba de su poder para hacerse más fuerte. A causa de este descubrimiento, evitaría que los Rastreadores dispararan contra él una sustancia que lo aislara de los rayos cósmicos. Summers volvería a atacarles entonces, provocando que los Rastreadores huyeran creyendo que ahora O'Toole era una traidora a su causa {M/CP 24, 25}.

En las semanas posteriores a este suceso, O'Toole y Summers pasaron juntos todo su tiempo, provocando que el segundo se enamorara de la mujer. Pronto, los Rastreadores volverían, raptándola y volviendo con ella a Egipto. Summers, por supuesto, no tardaría en partir tras ella. Pronto llegaría a Egipto en busca de su amada. Allí sería capturado y obligado a luchar en la arena contra todos los Rastreadores incluyendo, sin que él lo supiera, a O'Toole. Poco a poco, Summers conseguiría derrotarlos a todos excepto a la mujer, que se hacía más fuerte según avanzaba la lucha, absorbiendo más y más poder de él. Adoptando para si el nombre de Plasma, revelaría su verdadera identidad a Summers, implorándole que le volviera a atacar con sus rayos. Kaos se negaría a hacerlo y ambos se enfrentaron. La llegada proverbial de Lobezno, compañero de Kaos, acabaría con el enfrentamiento, dejando ambos a una inconsciente Plasma en los escombros del cuartel general de los Rastreadores {M/CP 27~ 31}.

Después de que Kaos y Lobezno destruyeran el culto del Faraón Viviente, Plasma se decidió a seguir los pasos de su tío al intentar unir a todos los cultos del Medio Oriente demostrándoles que era la elegida de sus respectivos dioses. Su verdadera intención, por el contrario, era empezar una guerra santa contra el resto del mundo acompañada por sus seguidores. Como primer paso para conseguir este fin, plasma reclutaría al Culto de Khonshu. En la misma fecha, desataría sendos ataques terroristas sobre la Estatua de la Libertad y la Estación Grand Central. Los hombres enviados a atacar la Estatua de la Libertad fueron detenidos por el Motorista Fantasma y el Caballero Luna, confesando además la ubicación del segundo ataque. Mientras tanto, Plasma se hallaba en un acto benéfico en favor de los sin-techo en la estación. Todas las luces del lugar se apagaron cuando Plasma bloqueó el túnel a la Estación Grand Central, deteniendo abruptamente un metro con un rayo de plasma {MK3 25}.

Poco después, sus tropas se apoderaron de la estación, presentándose a los rehenes e informando a Hashim, líder de los Caballeros de la Luna, de que iba a tener el honor de luchar por ellos en nombre de Khonshu. Poco después, Plasma trataría de darles una lección al perder contacto con algunos de sus hombres, pero la voluntaria Marlene Alraune fue liberada y, en lugar de a ella, acertaría a la cabeza del Señor Parnell que resultaría vaporizada en frente de los agentes del Departamento de Policía de Nueva York. Entonces, el Motorista Fantasma haría su aparición y atacaría a Plasma, pero esta lo destruiría con un rayo. Una vez hubieron colocado todas las bombas, abandonaría el lugar junto a sus hombres en un vagón de metro desierto. Mientras, los Caballeros de la Luna se quedarían atrás para detener a cualquiera que tratara de seguir a Plasma, no pudiendo detener a la pareja formada por el Caballero Luna y un reconstruido Motorista Fantasma. Tras dar alcance al vagón de tren, se ocuparon primero de los mercenarios y a continuación se encararon con la propia Plasma. Esta se mediría primero con el Motorista Fantasma y luego con el Caballero Luna, cuyos ataques resultaron totalmente ineficaces. Durante la lucha, el Caballero Luna advirtió a Plasma que estaban a punto de estrellarse contra una pared pero esta, enfrascada en el enfrentamiento, no le hizo ningún caso. Ello hizo que muriera en la tremenda explosión que se produjo cuando el tren se estrelló contra dicha pared {MK3 25}.