Doctor Rot

Algernon J. Rottwell era un enfermo mental encerrado en el Sanatorio Dunwich, debido a la peligrosidad que suponía se creó para él el Pabellón de los Incurables, una sala especial donde se mantenía a parte a la gente más peligrosa. El Sanatorio Dunwich proporcionaba a asesinos que eran usados por el gobierno, la mafia o empresarios sin escrúpulos, pero la locura extrema de Rottwell impidió que actuara como uno de estos asesinos. De hecho, Rottwell logró transmitir su locura a otros reclusos y se hizo con el control del sanatorio matando al personal y reemplazándolo por locos a su cargo. Rottwell ocupó el puesto de director de la institución mental y se dedicó a producir asesinos en serie que soltaba de vez en cuando. Para llevar a cabo sus desquiziados experimentos y cambios de personalidad empleaba la Máquina del Cerebro de Dios, un grotesco aparato alimentado por cerebros humanos. Después de un año de actividades, la presencia de asesinos en serie en San Francisco llamó la atención a la periodista Melita Garner y Lobezno. Siguiendo las escasas pistas que tenían, descubrieron que los asesinos tenían en común que habían dormido en un mismo albergue caritativo. Así fue como una noche Lobezno fue capturado tomándolo como uno más de los mendigos del lugar {W:WX 8-FB}.

Sin saber la verdadera identidad de su recluso, el Doctor Rot se dedicó a indagar en su mente y forzarlo a sacar su lado oscuro. Mientras tanto sus experimentos con Wendell, otros de los enfermos, finalizaron y lo permitió salir diciéndole que ya estaba curado, pero Wendell regresó poco después con un saco lleno de cerebros. El Doctor Rot condujo entonces a Wendell al Pabellón de los Incurables, de donde ya no salió más {W:WX 6}. Finalmente un mafioso llamado Frankie acudió a la clínica en busca de un asesino, así que para mantener su fachada el Doctor Rot le ofreció a Charlie Sierramecánica, al ver al grotesco gigante con sierras mecánicas implantadas en los brazos, Frankie quiso llamar para decir lo que había encontrado, pero el Doctor Rot lo mató. Sus trabajos con Lobezno siguieron adelante y finalmente logró desatar la furia salvaje de Lobezno {W:WX 7}. Entusiasmado lo durmió y lo llevó al Pabellón de los Incurables, donde quiso abrirle el cráneo para extraer su cerebro, pero el adamantium impidió que las sierras pudieran cortarlo, así que le conectó electrodos debajo de la piel y lo conectó al aparato. Esto causó que Lobezno pudiera lanzar una llamada de auxilio psíquico a Melita {W:WX 8}. Alertada, Melita avisó a Rondador Nocturno y Mariposa Mental, quienes entraron en el Sanatorio Dunwich y destruyeron la Máquina de Cerebro de Dios. Liberado, Lobezno destripó a Rottwell, pero el hombre sobrevivió y usó sus tripas para atacar al mutante. Clavándole dos jeringas en los ojos pudo escapar. Usó una bomba psíquica improvisada con un cerebro y huyó llevándose consigo a Charlie y a su leal enfermera Fester. El grupo mató a una pareja que tenía una autocaravana. Ya fuera y con los conocimientos que había sacado del cerebro de Lobezno, el Doctor Rot los puso a prueba logrando que Logan arrancara el cerebro a una persona sin saber lo que había hecho {W:WX 9}.

Tiempo después, el Doctor Rot activó los mecanismos que había implantado en el cerebro de Longa tiempo atrás, obligándole a actuar de manera salvaje con la intención que provocara matanzas que le proporcionaran cerebros con los que experimentar. Logan notó que algo iba mal con su cerebro y asumiendo que Rot tenía algo que ver, empezó a rastrearle solo para ser capturado por los esbirros de Rottwell que lo llevaron a la base del Doctor donde lo torturaron para quebrar su mente y convertirlo en una marioneta a sus órdenes.

La tortura fue interrumpida por la aparición del FBI en el lugar lo que obligó a Rot a enviar a sus secuaces para hacer frente a las autoridades, lo que permitió a Lobezno escapar y tras eliminar a los secuaces del Doctor Rot, acabó con la vida del villano tras lo cual prendió fuego al lugar, marchando y dando por acabada la amenaza de Rot para siempre.

Lo que Logan desconocía es que la enfermera Fester, oculta todo este tiempo, logró alcanzar el cuepro de su amo y recoger las muestras necesarias para revivirlo en un cuerpo clonado por lo que la amenaza del sádico científico sigue vigente.