Summers, Scott

Cuando Scott Summers era pequeño, viajaba con sus padres y su hermano Alex en un pequeño avión cuando fueron atacados por una nave alienígena. Solo la pericia como piloto de Christopher Summers permitió a la familia sobrevivir, aunque el haber estado a punto de morir causó en Scott un trauma que no se manifestaría hasta años mas tarde. Trasladados a Alaska, Scott y Alex compartieron instituto, pero a diferencia de su hermano, Scott era un brillante estudiante y un gran atleta, respetado por los profesores y querido por sus compañeros.

Sin embargo, en su interior albergaba algo oscuro, y su carácter se iba haciendo cada vez más paranoico temiendo que alguien descubriera su secreto. Y es que con la llegada de la adolescencia, Scott desarrolló sus poderes mutantes que le permitían lanzar rayos ópticos de gran potencia. Pese a que era capaz de controlar sus rayos, Scott se consideraba a sí mismo un monstruo por lo que intentó ocultar sus poderes. Sin embargo, una noche en que tuvo una pesadilla, sus poderes se activaron abriendo un agujero en la pared de modo que su secreto quedó al descubierto. Pese a todo, sus padres intentaron hacerle ver que no era un monstruo y le animaban y cuidaban todo lo que podían, esto provocó cierto resquemor en Alex que veía como era siempre su hermano quien se llevaba el aprecio de los demás, esto le llevó a refugiarse en su escondite oculto donde se encontró con un misterioso mutante de aspecto bestial llamado Hank en quien el joven Summers encontró un amigo.

Cierto día, llegó a casa de los Summers Charles Xavier, que venía a ofrecerle a Scott un puesto en su escuela en Nueva York. En un principio Scott estaba entusiasmado, pero cuando Xavier demostró conocer el secreto del joven, este huyó aterrado. Por su parte Alex, al saber las intenciones de Xavier y temiendo que otros vinieran para intentar llevarse a su hermano, lo llevó ante Hank esperando que su amigo ayudara a su hermano. Nada más lejos de la realidad, al ver al bestial mutante los terrores ocultos de Scott se dispararon provocando que sus poderes se activaran sin control. Temiendo que Hank estuviera haciendo daño a su hermano, Alex se ofreció a hacer todo lo que su “amigo” quisiera siempre que este se mantuviera alejado de Scott.

Así, Alex abandonó a su familia para marchar con Hank, mientras que Scott por su parte, perdió el control de sus poderes viéndose obligado a tener los ojos cerrados para no activarlos, quedando virtualmente ciego.