Rattusk

Rattusk era uno de los soldados que custodiaban el Castillo de Karnilla en Nornkeep y que respondía a las órdenes de la Reina de los Norns. Cuando Balder, prometido de Karnilla, hubo de marchar en dirección a Asgard para ayudar a Thor en su viaje a Hel para rescatar a unos mortales atrapados allí, Karnilla se lo reprochó y Balder contestó irónico, Rattusk, ofendido con el asgardiano por la manera en que había hablado a su Reina, intentó atacarle pero no fue rival para el guerrero dorado que lo derribó fácilmente. Furiosa, Karnilla se dispuso a castigarlo pero Balder intercedió por el guerrero logrando que la Reina únicamente le golpeara como reprimenda y le perdonara la vida.

Pese a que la intervención de Balder le había salvado la vida, Rattusk seguía resentido con el asgardiano y estaba dispuesto a vengarse de él, así que cuando los Gigantes de Hielo atacaron Nornkeep como parte de su plan para eliminar a los aliados de Asgard antes de lanzar su ataque contra el Reino Dorado, Rattusk ofreció sus servicios a Utgard Loki para tender una trampa a Balder cuando este, acompañado de Agnar, se dirigió hacia Jottunheim para liberar a Karnilla que había caído presa de los Gigantes de Hielo.

Rattusk se presentó ante Balder y Agnar cuando estos se encontraban en los bosques a la afuera de Jottunheim, afirmando que había encontrado un sendero oculto que les llevaría hasta el castillo de Utgard Loki, Agnar no confió en el siervo de Karnilla pero Balder decidió arriesgarse para llegar lo antes posible junto a su amada, pese a todo, el asgardiano no cayó en la emboscada urdida por Rattusk, y cuando este señaló un pasadizo oscuro (donde esperaban agazapados tres gigantes), Balder le obligó a vestir con sus ropas y a penetrar en el pasadizo en primer lugar. El demonio del reino Norn no tuvo mas remedio que entrar en el pasadizo, y aunque gritó que no era Balder, los Gigantes de Hielo lo atacaron matándolo.

Finalmente Balder logró rescatar a Karnilla y juntos regresaron a Nornkeep, en su camino de vuelta encontraron el cadáver de Rattusk y Balder, que no quería que su amada se arrepintiera del acto de la Reina de los Norns de perdonar a su súbdito, mintió a Karnilla diciendo que el demonio les había ayudado a rescatarla, sacrificando su vida para permitir que los asgardianos llegaran al Castillo de Jottunheim. La Reina Norn pidió a Balder que enterrara el cuerpo de su súbdito, el cual descansa por siempre en los senderos de acceso al reino de los Gigantes de Hielo.