Jardinero

El gigantesco ser conocido como el Jardinero fue creado por una raza alienígena cuyo nombre y planeta de origen es desconocido, por no saberse, se ignora incluso si es un robot, un ser vivo o un ser intermedio entre ambos. Según palabras de Volstagg, sin duda adornadas para convertirlas en relato, el Jardinero era "un coloso enfundado en reluciente armadura tan suave y brillante que dejaría el mejor de los herreros boquiabierto de admiración".

A bordo de la nave alienígena que llegó a la Tierra, quedando en órbita junto a la Luna, el Jardinero fue enviado a la Tierra, aterrizando en Canadá y comenzó su búsqueda de material y fuentes de energía que sirvieran para sus amos. Frente al Jardinero se alzó Thor, que tras asegurarse que el robot era una amenaza para el planeta ya que en su búsqueda podía destruir la Tierra, se enfrentó al coloso de metal durante una batalla que duró horas y en la que el artefacto alienígena recibía enormes cantidades de energía que sus amos le mandaban desde el espacio, desviando las energías irradiadas por el Sol terrestre, pese a todo este poder, el Jardinero no podría haberse enfrentado al Dios del Trueno si este hubiera usado la Fuerza de Odín, pero el nuevo monarca asgardiano no se consideraba digno sucesor de Odín y era reacio a aceptar este poder.

Finalmente, la batalla se decidió por causas ajenas a ambos contendientes ya que la Luna, afectada tanto por la batalla como por el efecto del robo de energía del sol llevada a cabo por los alienígenas, estalló en millones de pedazos. Comprendiendo que la extinción era inminente, Thor puso fin a sus reticencias y aceptó la Fuerza de Odín, derrotando a su enemigo y reconstruyendo la Luna, encerrando al Jardinero en su interior donde quedó recluído para siempre.