Whispering Wells

Whispering Wells era un pequeño pueblo minero de Nuevo Méjico. Cerca del pueblo había un antiguo cementerio indio y cierto días uno de los mineros excavó en el cementerio, encontrando una piedra dorada que, sin ser oro, ejerció sobre él una atracción mística de modo que cuando la tocó, quedó sometido a su voluntad, obligándole a llevarla de vuelta al pueblo. Los habitante de Whispering Wells sintieron que algo iba mal con el minero y la piedra que portaba, en ese momento podrían haber huido pero la codicia se apoderó de ellos y se acercaron atraídos por su magnetismo atrayente y la piedra se alimentó de sus almas, energía y finalmente su vida, cuando todos los habitantes del pueblo habían muerto a excepción del minero, los espíritus que poseían la piedra intentaron que su peón abandonara Whispering Wells en busca de nuevas víctimas, pero el minero, con su última brizna de voluntad, decidió poner fin a su vida antes que contiuar haciendo el mal y se pegó un tiro en la cabeza suicidándose.

Los espíritus de la piedra quedaron atrapados en el pueblo sin posibilidad de encontrar nuevas víctimas hasta que en un momento dado, llegó a la ciudad un pistolero atraído por las historias que en el pueblo se había encontrado una fortuna sin igual, el pistolero encontró los cadáveres de los habitantes de Whispering Wells pero esto no desanimó al pistolero que llegó finalmente hasta el cadáver del minero que todavía portaba la piedra, atraído por su llamada el recién llegado cogió la piedra cayendo preso de la maldición transformándose en el ser llamado Paria.

La energía del pistolero solo servía para mantener vivos a los espíritus que moraban la piedra, no tenían fuerza suficiente para llevarlos fuera del pueblo por lo que tuvieron que esperar durante décadas hasta que otro ser humano acudiera a las abandonadas calles de Whispering Wells, esto sucedió cuando Rick Jones, que se encontraba en las cercanías junto a Hulk, decidió que necesitaba estar solo unas horas y acabó accidentalmente en el pueblo donde fue atacado por Paria que comenzó a drenar su fuerza vital, pero no antes que pudiera lanzar una llamada de auxilio que fue recibida por Hulk que acudió al pueblo a ayudar a su amigo.

Hulk se enfrentó a Paria en las calles de Whispering Wells y el demonio comenzó a absorber las energías gamma de Hulk, obteniendo la suficiente energía para abandonar el pueblo para siempre, sin embargo el gigante de jade, con sus últimas fuerzas, saltó sobre Paria alcanzando la piedra y reduciéndola a polvo entre sus manos con lo que el villano se desvaneció en el aire en un furioso tornado que se llevó consigo el pueblo maldito, que había permanecido contaminado por el mal durante décadas dejando solo la arena del desierto.