Muerdefuego

Muerdefuego era una de los ocho caballos que servían de montura para tirar el carro montado por Thor. Se ignora a que misiones llevaron Muerdefuego y sus compañeros a Thor, mas que la última en que el Dios del Trueno acudió a la Tierra, donde un hechizo de una dama (Freya o la Encantadora, las leyendas no se ponen de acuerdo), había levantado a los muertos de sus tumbas estaban sembrando Midgard de muerte y destrucción.

Una vez en la Tierra, Thor liberó a Muerdefuego y los otros sementales, los cuales galoparon por los campos sembrando los campos que pisaban de los cuerpos destrozados de los muertos, sin embargo estos eran interminables e incansables por lo que Thor, después de cuarenta días y cuarenta noches de batalla, decidió cambiar de táctica y acudiendo a un pueblo cercano donde se sacrificó a todo el ganado para sembrar de sangre los campos para así poder invocar al Coloso de Sangre, una enorme criatura mística con la que podría derrotar a los muertos.

Dado que Thor debía sumir su cuerpo y conciencia en el Coloso de Sangre, el asgardiano dejó a sus caballos en el pueblo arrancándoles una promesa a sus habitantes, aunque el hambre azotara sus cuerpos ya que habían sacrificado a todo su ganado, no debían comerse a sus caballos, incluso si estos morían, debían llevar sus cuerpos a una pira dejando que se quemaran hasta que solo quedaran los huesos ya que al día siguiente volverían a alzarse.

Durante los siguientes cuarenta días, Thor luchó a bordo del Coloso de Sangre contra los muertos, sin saber que en el pueblo se sucedían los acontecimientos, y es que Loki llegó al pueblo disfrazado y convenció a los habitantes del pueblo que no pasaría nada porque calmaran su hambre con uno de los caballos caídos, cediendo a la tentación, los pueblerinos se comieron al primero de los caballos en caer y encontraron su carne tan suculenta que a medida que Muerdefuego y sus compañeros fueron cayendo los habitantes del pueblo comieron su carne hasta acabar con todos.

Tras derrotar al ejército de muertos, Thor abandonó el Coloso de Sangre y regresó al pueblo donde descubrió que los terrestres le habían fallado, tras vengarse del pueblo, el Dios del Trueno regresó a Asgard portando los huesos de sus amados caballos con él, una vez allí los depósito en una pira y pronunció magia arcana y antigua invocándolos en un hechizo, que dio como resultado la aparición de Sleipnir, el poderoso semental hijo de ocho caballos caídos en la guerra y que albergaba las almas de Muerdefuego y sus compañeros.