Emma Frost

La familia regresa a Boston y Christian sorprende a todos con un mensaje, que quiere irse de casa. La única que aprueba (secretamente) esta decisión, es Emma.

La noche del regreso, Emma Frost baja al salón, sin encender la luz. Ahí encuentra a su madre, que hojea melancólicamente el albúm de fotos viejas. Se da cuenta, que Mrs. Frost no quiere aceptar el hecho del engaño de su marido. La situación le parece algo absurda y pretende leer los pensamientos de la madre. La toca y… enseguida Hazel tiene una calambre, ve muchos imágenes de su marido y aquella joven. Sin quererlo, Emma transmitió sus propias memorias a Mrs. Frost, en lugar de leer sus pensamientos. Otros miembros de la familia aparecen en las puertas. A la chica no le queda más remedio, que decir que no sabe que le ha pasado. Por la mañana llaman al doctor. Él dice que la hospitalización no es necesaria, aunque tiene que mencionar, que el estado de Hazel es bastante atípico. Un poco más tarde, Emma está adormilada en el cuarto, donde descansa Mrs. Frost. Recibe una llamada de Christian y decide visitarlo.

Emma viene al piso donde su hermano solía vivir solo y descubre al Christian desesperado - le cuenta, que su padre acaba de despedirle.

Emma irrumpe las puertas de la sala de reunión de su padre, le pide explicar lo que ha pasado entre él y Christian. Mr. Frost sigue siendo inmutable en su actitud: el hermano de Emma ya no tiene ni trabajo, ni piso en Boston (porque lo pagaba Winston), todo para que el chaval regrese a la residencia familiar.

Emma habla por teléfono con Christian, que se ha quedado en la casa de su amante Dante. Una sirviente distrae su conversación con una buena noticia: Hazel se ha despertado. Los miembros de la familia rodean a Mrs. Frost, le preguntan si se acuerda de algo que ha podido ser la causa de lo ocurrido. Hazel responde que no, pero Emma sabe que está mintiendo.

Pasado una semana, Emma viene al vecindario, donde solía vivir Mr. Kendall. Pregunta a la niña si sabe algo de Ian, pero la chica le contesta que se ha mudado desde hace tiempo.

Dante, Christian y Emma están en un local, escuchando jazz y comiendo popcorn. De golpe,unos soldados rompen la puerta y detienen a los tres.

Tras cinco horas, pasadas detrás de las barras, viene Mr. Frost, acusando a Dante en ser un traficante de drogas. Christian está furioso: sabe que no es cierto y que la heroína encontrada en su casa no es más que el intento de su padre de deshacerse de él. Emma lee los pensamientos de su padre, y conoce que el chico hispano ha preferido ser deportado a Cuba, cuando le amenazaron con la cárcel. Se lo dice a Winston y aquel se asusta.

Dos semanas más tarde, el ambiente en la residencia Frost está tensa. Emma acaba de salir del cuarto de Christian, que come muy poco y está hundido últimamente. En el pasillo ve a Adrienne y tienen una charla en la que la chica entiende aún mejor que ella también tiene poderes y sabe leer los pensamientos de los demás. Muy cansada y perdida, Emma cae dormida. En su sueño ve a Christian, que está tocando el piano en mitad de un campo verde, lleva una ropa blanca. La hermana se acerca, para tocar su espalda, él gira la cabeza y en lugar de su rostro Emma ve la cara de un esqueleto. Despierta aterrorizada y corre en el cuarto del chico, para asegurarse, que ha sido solo un sueño. Pero, para su terror no lo es - Christian ha hecho un intento de colgarse.