Wolverine/Gambit: Victims

Ha aparecido un asesino en serie en Londres que mata a mujeres jóvenes acuchillándolas, de forma parecida a como hizo Jack el Destripador en el Siglo XIX. Su última víctima es la Detective Alexandra Davies, quien estaba trabajando de forma encubierta investigando precisamente al asesino en serie.

Gambito simula un robo en el que se entromete Pícara mediante la Sala de Peligro. Durante la simulación, Pícara se lanza sobre él y los dos caen desde una ventana al vacío. Gambito está tratando de entender porque Pícara necesita tiempo para estar a solas y pensar, él también tiene sus secretos y gente de la que ocuparse.

Gambito vuela hasta Londres para investigar el asesinado de la Detective Davies. Al llegar a la capital inglesa se cuela en la oficina de policía que lleva el caso y revisa el expediente de las cinco víctimas del asesino en serie. Intenta encontrar alguna relación entre las víctimas, pero de momento no la ve. Lo único que descubre es que en todas ellas se ha encontrado trazas de fragmentos de hueso en la entrada de las heridas que causaron su muerte. El detective que lleva ahora el caso lo sorprende, así que él le tira una carta cargada energéticamente y lo deja inconsciente.

Gambito viaja a sesenta kilómetros de Londres hasta Chichester, donde visita a los padres de Alexandra. Intenta recabar algún dato que le pueda proporcionar alguna pista, pero no tiene éxito. Gambito asegura que conocía a su hija, pero ellos no recuerdan que lo nombrase nunca. Ante las preguntas de los Davies, Gambito decide marcharse y el matrimonio pone en alerta al Detective Andrews.

De nuevo en la ciudad, Gambito cae en una trampa urdida por el Detective Andrews, aunque el mutante asegura que ha venido para ayudar en la investigación, el hecho que hubiera atacado a Andrews no favorece que la policía le crea. En ese momento escuchan un grito y Gambito sale corriendo hacia allí. Al llegar encuentra una mujer aterrorizada, de entre las sombras aparece Lobezno que ataca a Gambito. Al verlo se detiene y asegura que no sabe que está haciendo en Londres ni si es el causante de las muertes de las mujeres. La policía aparece y les da el alto. Desde unos monitores, un misterioso personaje contempla la escena y se ríe demencialmente.