Namora

Un submarino ruso ha quedado atrapado en el fondo del mar y la lanzado una señal de ayuda, pero el aire se les está agotando y todavía no ha venido nadie a rescatarlos. Afortunadamente para ellos Namora ha interceptado la señal de socorro y, con la ayuda de una ballena, saca el submarino a la superficie rescatando a todos los agradecidos tripulantes. Namora continua su viaje hasta alcanzar la colonia atlante que venía buscando, pero al acercarse es atacada por un monstruoso Kraken. Unos niños detienen la lucha y es que el Kraken es amistoso con los habitantes de la aldea. Namora se reúne con los representantes de la colonia quienes le comunican que no desean seguirla hasta el asentamiento de Océnaus, en el Pacífico. Dicen estar afectados por las sales que emanan de unas grutas. Si se alejan de ellas enferman. Namora decide investigar y penetra en la gruta encontrando a Namorita, quien dice haber sido restablecida por las aguas de la cueva. Pero gracias a que ha aprendido de las habilidades de su compañera de Atlas, la sirena Venus, sobre las ilusiones, se da cuenta que Namorita no es real y la rechaza. Así descubre que es un Titán el que yace dormido y es él el causante de que haya surgido el Kraken. Namora regresa y se enfrenta al Kraken matándolo. De esta forma el dominio del Titán sobre los habitantes de la aldea se rompe y la colonia puede irse libremente evitando así que el poder del antiguo dios se restablezca.