X-23 vol 3

Júbilo llega a probar la sangre de X-23 y al hacerlo experimenta una memoria de Laura de una de las ocasiones en las que tuvo que matar controlada por el aroma, pese a matar a sus objetivos y encontrarse con un niño pequeño, Laura no lo mató. Finalmente Júbilo recupera el control de sí misma y se enfurece con Laura por haberla empujado a que perdiera el control y le pregunta porque lo ha hecho, Laura le contesta que quería comprobar si podía matarla, pero su respuesta es ambigua cuando le pregunta si la estaba sometiendo a una prueba. Las dos chicas hacen las paces y más tarde mientras están paseando ya con Gambito y Lobezno, Júbilo insiste en que Laura se pruebe un vestido al pasar por delante de una tienda de ropa. La chica se lo prueba, pero no se deja convencer del cambio de aspecto. Un amigo de Gambito lo ha puesto en preaviso sobre una venta del aroma que controla a Laura en la ciudad, así que el grupo decide asaltar a los traficantes de armas que lo tienen. Laura aprovecha para decirle a Júbilo que si llegase a perder el control que la mate. En otro lugar de París, los traficantes conducen a varias personas enmascaradas para hacerles una demostración del aroma. Usando una muestra en varios prisioneros éstos se convierten en bestias salvajes que se matan entre sí. Los mutantes entran en el edificio y lo desmantelan encontrando las muestras embotelladas del aroma producido a gran escala. De pronto Laura huele algo y sale corriendo, al meterse en un ascensor una voz le dice que ha modificado el aroma para que afecte a todo el mundo, pero que a ella sigue afectándola de forma especial y la gasea. El ascensor se abre en un túnel del metro, pero Júbilo la ha perseguido y se enfrenta su compañera, quien se ha convertido en una bestia salvaje. Las dos luchan y caen a la vía del tren justo cuando viene un convoy hacia ellas.