Obispo loco
M/CP 111/2
Puño de Hierro detiene a dos atracadores armados y los entrega a la policía, quienes le agradecen su ayuda y esposan a los maleantes. Pero el héroe nota unos ruidos extraños que lo llaman y ve que es él único en percibirlos. Al seguirlos llega hasta una iglesia abandonada cuya entrada está tapada con listones de madera. Puño de Hierro nota que hay algo místico en todo ello y entra en su interior descubriendo unos extraños sarcófagos como nunca había visto antes. Los sarcófagos se abren y de ellos sale gente que se dirige hacia la sala de al lado en un estado de hipnosis. Han sido invocados por Thanademos, un místico con el poder de controlar a aquellos que están cerca de la muerte. Puño de Hierro había sufrido una experiencia reciente que lo llevó al borde de la muerte, lo que le hizo vulnerable a los poderes de Thanademos. Afortunadamente uno de los medio muertos lleva un ankh colgado del cuello y Puño de Hierro descubre que con él puede resistir al control de Thanademos. Así el héroe se enfrenta al hechicero, quien al verse en peligro intenta escapar, pero Puño de Hierro se lo impide arrojándole un enorme disco con símbolos místicos. La policía no tarda en aparecer y se hace cargo de la situación.