New Avengers vol 3

Montados sobre la máquina que el Doctor Muerte ha construido, el Hombre Molécula lo lleva atrás en el tiempo hasta el inicio de todo, más allá de la era de los dinosaurios, hasta donde comenzó el fin de todo. Es el lugar donde Reece se transformó en el Hombre Molécula, en lo que parece un laboratorio en medio del vacío. Allí una contrapartida suya es bombardeado por la radiación del Más Allá y se convierte en el Hombre Molécula. Reece forma un cuchillo de la nada y destruye a su otro yo. Está mandando un mensaje a los Todopoderosos, quienes acuden y contemplan los restos del cuerpo del otro Reece. El Hombre Molécula entrega la daga a Muerte y lo lleva hasta la Biblioteca de los Mundos, un conductor construido entre los Universos por los Todopoderosos cuando aún creían que la vida era un experimento valioso. Desde ese lugar podrá ser invisible para ellos. Le advierte que ha de detener a los Todopoderosos, pues su experimento más ambicioso es la muerte simultánea de todo en el Multiverso. Reece se define como la bomba de los Todopoderosos, a diferencia del resto de seres que tienen variantes a lo largo del Multiverso, él es una constante, un ser singular con una sola conciencia compartida entre todos sus yoes infinitos. Tanto es así que su origen ocurre de forma simultánea en todo el Multiverso. Muerte debe matar a todas las contrapartidas del Hombre Molécula y para ello Reece le insta a crear una religión.

El Doctor Muerte y el Hombre Molécula recorren el Multiverso matando a contrapartidas del segundo. Al séptimo año de haber asesinado al primero de ellos se iniciaron las incursiones. Uno de los dos primeros mundos destruidos fue la Tierra-129061, un planeta habitado por seres primitivos.

Una niña ha contemplado como Muerte ha matado a otro de los Hombres Moléculas y le pregunta la razón de ello. Muerte le explica que era una muerte necesaria ya que ese hombre iba a hacerles daño aunque fuera involuntariamente. La chica es una mutante que se ha teleportado lejos de un campo Centinela en el que ha muerto su familia y se convierte en la primera de las Cisnes Negros. Poco a poco las seguidoras fueron incrementándose hasta formar la orden y le ayudaron a continuar matando a los distintos Hombres Molécula.

Unos años más tarde, los Todopoderosos comprendieron que algo iba muy mal en su experimeitno e intentaron deducir por que su estaba fallando. DE la misma manera que habían introducido un mecanismo de autodestrucción en el tejido del Multiverso, empalmaron un virus resuelve problemas en el espacio real que contagió a cualquier inteligencia artificial consciente y capaz de viaje transuniversal de forma que su programación quedara subordinada a la indagación celestial de los Todopoderosos. Los Cartógrafos y sus Sidera Maris trazaron mapas de los mundos donde el Hombre Molécula había muerto. Señalaron los movimientos de los Cisnes Negros, acabaron con mudos sacrificiales y conservaron otros para futuras incursiones. Sin embargo, no todas las Cisnes Negros mantuvieron la fe en Rabum Alal. Algunas de ellas vieron cosas que no les estaba permitido ver, el rostro de Rabum Alal, la gloria de la resurrección venidera. Algunas de las que osaron hacerse preguntas le dieron la espalda y buscaron un camino distinto sin saber que era el mismo que el de los Todopoderosos: la muerte de todo.

El Doctor Muerte relata al Doctor Extraño como llegó a convertirse en Rabum Alal. Muerte está convencido que los Todopoderosos pueden ser derrotados y ha llegado a la conclusión que son criaturas lineales incapaces de viajar hacia atrás en el tiempo como ha hecho él. Cree que ha encontrado finalmente el modo de derrotarlos y, junto al Hombre Molécula y el Doctor Extraño, se dirige hacia la brecha que da acceso al plano de existencia de los Todopoderosos y ahí los reta. Muerte lanza contra ellos una máquina que ha construido, pero no sale como él esperaba y de pronto las realidades empiezan a colapsarse y de pronto quedan solo menos de dos docenas de universos con vida en todo el Multiverso.

Reed y T'Challa contemplan en los monitores del Puente la desaparición de cientos de miles de universos hasta que de pronto tan solo quedan enteros menos de dos docenas de ellos. Se han quedado sin tiempo y ahora todo está perdido.

Oráculo intenta convencer a Gladiador para que no siga adelante con sus intenciones de atacar la Tierra, pero Mentor aconseja lo contrario. La Tierra ha de ser destruida para salvar al Universo. La flota continua su inexorable camino hacia el su objetivo sin percatarse que los Guardianes de la Galaxia permanecen ocultos en un cinturón de asteroides. Tras lograr infiltarse en sus comunicaciones, sus intenciones no dejan lugar a dudas, así que los Guardianes se adelantan para advertir del ataque. A pesar de la advertencia los héroes terrestres no están dispuestos a abandonar el planeta.