S.H.I.E.L.D. vol 3

Coulson se reúne con el Doctor Extraño en su santuario para hablarle del sello que vio en su horno cuando detuvieron al Coronel Myrdden. Le llamó la atención porque ese mismo sello ya lo ha visto en armas de fuego mágicas de Mys-Tech. El Doctor Extraño le dice que no es ningún conjuro, es la firma de Horgunn, un artesano troll y manifiesta su preocupación si se ha dedicado a crear armas.

Slaughter ataca a Satana en las fronteras escocesas. La Hija de Satán se confía al creer que su adversario la amenaza con una pistola común y la bala atraviesa sus defensas místicas alcanzándola de pleno en el pecho. Paralizada por el impacto, Satana se pregunta cómo es posible.

Cuatro horas más tarde, Slaughter alcanza al hermano de Satana, Daimon Hellstorm en la Ciudad del Vaticano.

Tres horas después, Slaughter abate a Shamán en Canadá.

A penas dos horas más tarde cae también víctima de Slaughter Jennifer Kale.

Con la ayuda de la Bruja Escarlata, los agentes May y Fitz abaten a Ethan Slaughter cuando estaba a punto de acabar también con Wiccan. Gracias a los poderes de Wanda, el arma del pistolero se encasquilla, así que consiguen extraer de su recámara la bala mágica que estaba usando.

Coulson identifica al pistolero como Ethan Slaughter, un contratista de seguridad que trabaja para Mys-Tech, la misma empresa que intentó saquear el Santuratio del Doctor Extraño. Aunque los hechiceros que han sufrido su ataque están vivos, se encuentran en condiciones críticas y no han podido operarlos, porque cuando lo intentan la bala amenaza con estallar. Coulson cree que es intencionado que no los hayan matado. Ahora que tienen una bala para examinarla se han dado cuenta que es la misma materia negra que partió el Bifrost hace unas semanas. Es un material cargado de gran energía y ningún arma terrestre podría disparar esas balas sin causar una explosión que podría destruir una ciudad entera.

SHIELD asalta la sede en Estados Unidos de Mys-Tech, pero el edificio se encuentra completamente desierto. No hay rastro de personal, ni siquiera de muebles o equipos. Han logrado desaparecer sin dejar rastro, la única forma es mediante sus capacidades tecnomísticas. Coulson teme que signifique que están metidos en algo grande y peligroso.

La Bruja Escarlata acompaña a Fitz y May hasta la Antártida, donde se encuentra el taller clandestino de Horguun. Al ver entrar a los intrusos, el troll inmediatamente ordena a sus secuaces atacarlos, pero gracias a los poderes de la Bruja Escarlata no tardan en contener la agresión. May salta sobre Horguun y le obliga a revelar lo que sabe. Ignora de donde salen las balas místicas, ya que él únicamente ha construido las armas para dispararlas. Wanda usa el metal de la fundición para destruirlas todas menos una, que Fitz se queda como recuerdo. Mientras se dirigen hacia la aeronave, Fitz dispara con la bala mística contra la Bruja Escarlata. Es la última pieza del puzzle que necesitaba Dormammu, gracias a su magia del caos se completa la red de infección. Varios héroes terrestres se ven transformados por se seres ciclópeos capaces de disparar rayos ópticos. La Plaga Sinmente los deja a merced de Dormammu.