Infinity Wars: Iron Hammer

Howard Odín, el Rey Ejecutivo de los Aesir, niega a su hijo la petición de llevar una de las armaduras de los auténticos guerreros de Asgard. Sigurd se enfurece y Stane intenta calmarlo, pero el semidios reacciona violentamente y se mofa de la naturaleza humana de Stane. Howard Odín decide dar una lección de humildad a su hijo y lo envía a Midgard desprovisto de sus recuerdos como un simple ser humano.

Sigurd Stark jura vengarse de Malekith sobre la tumba de Eitri. Al pensar sobre la posibilidad de usar un Biopuente de Interdimensionales Frecuencias Remotas que Orbiten el Espacio Tiempo, inmediatamente HEIMDALL, la voz Heurística Enriquecida de Imágenes Macro-Digitales para Análisis de Lógica y Logística lo toma como una orden y crea el BIFROST. Stark no comprende si está ante una manifestación mágica o tecnológica, pero ante él se abre un portal que puede conducirlo hasta Asgard.

El viaje a través del BIFROST le hace recuperar los recuerdos y comprende su amnesia. Mientras reflexiona en quien era es sorprendido por Malekith que lo ataca con sus anillos. El elfo oscuro ha hecho prisioneros a su padre y los Tres Guerreros-Máquina. Malekith ha logrado apoderarse de los dios anillos que llevan los gobernantes de los Diez Reinos del Gran Árbol del Mundo. Cada uno de ellos le confiere un poder especial. Al preguntar como los ha conseguido, Malekith revela que alió con Madame Hel y Stane, su hermanastro. Stane sigue resentido por ser un simple mortal y no un semidios como su familia, pero Odín confiesa que ha despojado a Sigurd de la divinidad. Malekith decide matarlo disparando con el rayo desintegrador del anillo de Asgard, pero Martillo de Hierro pide a HEIMDALL que abra el Bifrost y desvía el disparo para liberar a los Tres Guerreros-Máquina. Aunque los neutraliza con facilidad con los anillos, baja la guardia y Martillo de Hierro logra golpearlo. Con la mayor parte de los anillos agotados, Malekith dispara un único rayo de energía, pero Sigurd lo absorbe con su martillo y usa toda esa energía para lanzar un único y letal golpe contra el elfo negro. Stane huye y Odín decide devolver la inmortalidad a su hijo, pero Sigurd la rechaza. Martillo de Hierro intercepta a Madame Hel y se postra a sus pies. Reconoce su poder como ningún otro asgardiano lo ha hecho ahora que ha conocido el beso de la muerte como mortal. Es un recordatorio de que está vivo y no mimado por la inmortalidad. Madame Hel se quita la máscara y acepta su amor, el de un hombre que corteja a la muerte para saborear la vida.