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Mark Mason y la Fantasma Rubia interrogan a un importante detenido, pero no consiguen que confiese quien es si jefe. A pesar de todo, Mason sospecha que es el Signor Korte quien está tras toda esta gente. A la salida del edificio de la Oficina de Servicios Estratégicos, Mason ofrece a la Fantasma Rubia llevarla en coche, pero ésta lo rechaza. Le parece increíble que Mason esté tan interesado en ella cuando la ignora completamente cuando trabaja para él como su secretaria Louise Grant. En otro lugar, el Signor Korte lamenta de la interferencia de Mason y la Fantasma Rubia ante el corrupto senador Mushbell. Pero tiene cosas más importantes en las que pensar, se va a celebrar un congreso sobre la energía atómica que reunirá a importantes científicos y necesita conocer todo lo que se discutirá allí. Ese mismo martes por la tarde, Mason recibe instrucciones de tomarse un tiempo de descanso, así que decide salir esa noche. Su secretaria logra que la invite y así se lo comunica a Willie, el chico que trabaja en la oficina, sin embargo aparece de forma imprevista Gloria Bascom, a quien conoció en un baile el mes pasado. Viene con su primo Homer Johns, un científico atómico que ha venido a la conferencia y con sus encantos femeninos lo seduce para que se ocupe de la protección de su primo y los lleve a una fiesta de Walter Edgar donde asistirá el Signor Korte. Así que cancela la cita con Louise y se apunta inmediatamente ante el asombro de Willie que no sabe de que va todo esto. Louise decide que también asistirá a la fiesta como Fantasma Rubia. La presencia de la mujer enmascarada atrae la atención de la gente y los admiradores se apelotonan a su alrededor, de pronto Homer sufre un infarto y un doctor de entre los invitados se ofrece a acompañarlo al hospital. La Fantasma Rubio se percata que la bebida del científico estaba envenenada y cuando indagan se dan cuenta que nadie conocía al doctor. De hecho al llamar al hospital no han recibido ningún paciente. El Signor Korte se despide de ellos. Al no haber hecho nada sospechoso no pueden detenerlo. La noticia de lo ocurrido a su primo afecta a Gloria que desfallece en los brazos de Mason. Fantasma Rubia se da cuenta que del bolso de la mujer ha caído algo de cristal que se ha roto y al examinarlo se percata que es un vial. Fantasma Rubia decide ir a investigar al piso de Gloria pero cuando lo está examinando entran varios matones que enseguida se dan cuenta de su presencia. Fantasma Rubia tiene que enfrentarse a ellos, pero uno le lanza un objeto que golpea en su cabeza y la deja aturdida. Un nuevo ruido de pasos pone en fuga a los hombres. Se trata de Mason y Gloria que regresan a casa. Las dos mujeres se lanzan acusaciones mutuas y la vigilante muestra los fragmentos de vial. Gloria se defiende diciendo que contenían perfume. Mason recibe una llamada de la oficina informando que el científico ha desaparecido y nunca ha llegado al hospital. Signor Korte da órdenes a sus hombres para matar a la Fantasma Rubia por su intromisión. Ya en el despacho del OSS, Mason revela a la vigilante que han encontrado el cuerpo del científico ahogado, pero no presenta rastros del veneno si no de un suero de la verdad, además su estómago estaba vacío. La información desconcierta a Louis pues ella vio comer a Johns durante la fiesta, entonces recuerda una frase que dijeron los asaltadores y pide a Johns que solicite un análisis del agua del cadáver de Johns. Antes de salir, Fantasma Rubio es sorprendida por un grupo de matones y logran apresarla. Allí confirma sus sospechas, Johns tenía un impostor. Es un miembro de la banda que ha tomado nota de los secretos atómicos gracias a su prodigiosa memoria. El grupo planea quemar viva a la vigilante, pero de pronto son sorprendidos por Mason y los hombres de la agencia y los detienen. Han logrado encontrarla gracias a análisis del agua del cuerpo de Johns. A pesar de haber detenido la trama conspirativa, no han podido encontrar pruebas que la relacionen con Signor Korte.