Ares

Tras dejar a Zeus malherido, Mikaboshi regresa a su campamento donde mantenía a Alex, la combinación de condicionamiento, engaños, medias verdades y bebedizos ha dado por fin sus frutos consiguiendo que el hijo de Ares viera a Mikaboshi y sus huestes como gentes honorables que eran atacados por los Olímpicos. Enfundado en su armadura de combate, Alex se lanza contra los Olímpìcos matando a decenas. En otro punto del combate, Ayax descubre el cuerpo malherido de Zeus y avisa a Hércules y a Ares. Cuando Mikaboshi vio como los Olímpicos se preocupaban de sus heridos y muertos, decide dar una vuelca de tuerca mas a la desesperación de los griegos, y tras volver a sumir a Alex en un sueño, se transforma en una gigantesca criatura hecha de sombras lanzándose contra los Olímpicos. Ares y Hércules hacen frente a la criatura pese al enorme poder y fuerza de esta, y finalmente combinando sus poderes logran rechazarla, Mikaboshi comprende que la fuerza combinada de los dos hijos de Zeus es una fuerza peligrosa y decide abandonar el campo de batalla para atacarlos en solitario. Ares y Hércules, aprovechando el respiro que les ha dado la batalla, comprenden que han de dejar de lado sus diferencias para combatir al enemigo común y Hércules jura por su honor que ayudara a su hermano a liberar al prisionero

Los Olímpicos llevan a Zeus a su palacio donde Asclepios intenta sanar sus heridas, sin embargo la magia de Mikaboshi es poderosa y el sanador griego es incapaz de sanar al patriarca, entonces aparece Hermes, que informa a los presentes de la llegada de un extraño a la ciudad. Los Olímpicos van en busca del recién llegado que no era otro que Inari, uno de los miembros del panteón de Mikaboshi y que junto a muchos de sus hermanos había sido derrocado por el dios de la muerte oriental. Inari les dice que muchos de sus hermanos se unirían a los Olímpicos en la batalla contra Mikaboshi, siempre que los dioses occidentales les pidieran ayuda, sin embargo los Olímpicos eran demasiado orgullos para pedir ayuda y demasiado desconfiados para ponerse en manos de compatriotas de su enemigo, por lo que rechazan la alianza, entonces Inari les pide un poco de agua para el camino y Ares ordena a Hermes que le de agua mientras él prepara sus tropas para el contrataque.

Han pasado cinco años y los Olímpicos han logrado rechazar a las hordas de Mikaboshi hasta obligarlas a refugiarse en el infierno oriental. Dirigidos por el Dios de la Guerra, los griegos se preparan para la batalla final. En el interior de la fortaleza, Mikaboshi prepara a Alex, al que ha lavado completamente el cerebro tras años de esfuerzo, para que se enfrente a su padre y tome su lugar como nuevo Dios de la Guerra