Ares

Apoyado por Ayax, Hércules consigue abrir una brecha en las murallas el Palacio de Mikaboshi, a través de ella se cuela Ares dispuesto a recuperar a su hijo pero entonces aparece Mikaboshi que crea una muralla de fuego místico aislando al Dios de la Guerra de sus aliados.

Inari regresa a su hogar donde se reúne con sus hermanos derrotados por Mikaboshi. Entonces les hace entrega del agua que Hermes le ha dado, diciendo que es una ofrenda de los dioses de occidente al tiempo que una petición de auxilio para luchar contra su común enemigo, los demás dioses, sorprendidos, apenas pueden creer que los orgullosos olímpicos pidan ayuda pero Inari se reafirma en sus palabras

Aunque rodeado de enemigos, Ares se abre paso entre las huestes del dios de mal con tal de encontrar a su hijo, entonces aparece Mikaboshi que convoca a Alex, el cual empuñaba la espada Segadora y estaba dispuesto a asesinar a su padre, comienza una batalla entre ambos en la que el joven dios saca pronto ventaja ya que el Dios de la Guerra no está dispuesto a dañar a su hijo.

En el exterior, los Olímpicos luchan contra Mikaboshi y sus huestes en un intento de socorrer a Ares. Pese a que lo intenta con todo su poder, Zeus es incapaz de vencer al dios nipón, en otro lugar, Hércules es atacado por una especie de serpiente gigante que lo engulle pese a la ayuda de Aquiles, por su parte Apolo, a bordo de su carro de fuego, ataca a Mikaboshi con su poder de dios del sol, pero el fuego no puede dañar a alguien nacido del sol oriental y el dios del mal contrataca lanzando una llamarada de fuego que derriba al Olímpico que cae sobre un mar de lanzas, su hermana Atenea corre a ayudarlo pero es cercada por incontables enemigos

Tras resultar herido por su hijo, Ares comprende que si quiere vencer debe combatir, se enfrenta así a Alex pero este resulta ser un rival formidable y logra atravesar al Dios de la Guerra con su espada, dejándolo malherido en el suelo.

Al ver al último de sus hijos caer, Zeus se lanza en un último y desesperado intento por vencer, así lograr abrirse paso a través de la muralla de fuego creada por Mikaboshi pero antes de llegar junto a Ares, el dios del mal japonés lo ataca atravesándole el corazón, moribundo, Zeus usa su poder para liberar la mente de Alex de los engaños de Mikaboshi, de modo que Alex comprende por fin que ha estado a punto de asesinar a su padre

Los cielos del infierno se abren y a través de ellos llegan los dioses luminosos orientales, que gracias al ardid urdido por Inari y Hermes llegan en ayuda de los griegos, así, mientras los dioses orientales ponen a salvo a los Olímpicos, la diosa japonesa del mar hace entrega a Poseídon de una ofrenda de agua que el hermano de Zeus usa para crear una ola gigante que engulle a las hordas de Mikaboshi. Este a su vez, no se preocupa de la llegada de nuevos enemigos ya que los ha derrotado antes, y volverá a hacerlo ahora, pero no ha tenido en cuenta que a su espalda Alex, libre del control mental gracias a la intervención de Zeus, estaba dispuesto a vengar a su familia y empuñando la espada Segadora, ensarta al Dios del Mal hiriéndolo de muerte, con la caída de Mikaboshi, sus huestes se desorganizaron y fueron engullidas por el poder unificado de los dioses del mar del este y del oeste que inundaron el Palacio del Infierno, al tiempo que Hermes e Inari salvaban a Ares y Alex de ahogarse.

En alguna parte de las llanuras míticas de Africa, Alex se despierta recuperándose de sus heridas, junto a él se encuentra Ares que le explica la verdad sobre su origen, y como le había mentido porque quería que llevara una vida normal, pero el joven no quiere llevar una vida normal, quiere conocer criaturas mitológicas y correr aventuras y para demostrarlo, pronto demuestra que está recuperado de sus heridas y corre junto a su padre