Iron Man I

Durante la guerra de Vietnam, el joven industrial Tony Stark viajó a la república asiática para entregarles nuevas armas a sus compatriotas, los militares estadounidenses. Sin embargo, sufrió un ataque del vietcong, y fue capturado por un cacique vietnamita. Con la ayuda de Yin-Sen, un eminente científico local, Tony asumiría la identidad de Iron Man utilizando una armadura de tecnología avanzada, que no sólo usó para reparar su corazón herido por la metralla, sino para luchar contra la injusticia.

Durante largos años, Iron Man batalló contra multitud de amenazas contra la humanidad, tanto sólo como junto a los Vengadores, el grupo de superhéroes que él mismo contribuyó a formar. Stark se enfrentó no solo a poderosos rivales, sino también a sus propios demonios, como el alcoholismo, el cáncer o la paraplejia, todos los cuales superó.

Cuando la humanidad mutó, Stark se autoencerró en una fortaleza (en realidad una enorme armadura de Iron Man), para no mutar el también, temeroso de la identidad mutada en la que pudiese llegar a convertirse. Desde allí ayudó al presidente Osborn creando los Vengadores de Hierro para luchar contra Hidra.

Tony recibió numerosas críticas por parte del Capitán América y Visión por ayudar a Osborn, que él rechazaba, alegando que luchaba por la justicia a su manera. Finalmente murió como un héroe al enfrentarse a los Celestiales, logrando ganar tiempo hasta la llegada de Galactus.

En el Reino de los Muertos, fue de los primeros aliados de Mar-Vell. Tras la destrucción de la Muerte, se convirtió en miembro de la Hueste Vengadora, y formó parte de la rebelión contra Mar-Vell. Allí sufrió una terrible tortura cuando Mar-Vell le mostró lo bueno que pudo haber hecho en vida y no hizo.

Cuando Matt Murdock decidió quedarse en el Reino de los Muertos para proteger a sus habitantes de Kingpin, Tony nombró como sustituto en la Hueste Vengadora a Clint Barton, alias Ojo de Halcón.