Matthew Murdoch

Cuando era chico, la madre de Matthew Murdoch siempre decía que su hijo no tenía miedo a nada. Quizás por eso el pequeño Matthew se atrevió a entrar en una cueva de la que rezumaba una extraña luminiscencia verde. Atraído por el fenómeno, el chico se adentró en la tierra descubriendo un extraño fluido que caía de sus paredes. Sin pensarlo se lo llevó a la boca y salió tambaleante de la cueva para desmayarse en la arena de la playa. Allí lo encontró su madre y cuando se recuperó había perdido la vista y adquirido en cambio una gran agilidad y un extraño sentido que le permitía percibir las cosas aunque no las viera {1602 2}.

Sir Nicholas Furia contrató los servicios de Matthew para que escoltara al Anciano, quien tenía la misión de llevar un artículo místico hasta Inglaterra que tenía que servir para ayudar a impedir un gran cataclismo que se estaba cerniendo sobre toda la Tierra {1602 1}.

Matthew se encontró con Natasha, otro agente de Furia que tenía que proporcionarle la infraestructura para llevarlo hasta el Anciano {1602 2}. A causa de las tormentas que asolaban a toda Europa, los viajeros se quedaron atorados en una posada del Tirol, donde se vieron enzarzados en una pelea contra un grupo de soldados a quienes robaron un caballo para seguir su viaje {1602 3}. Ya cerca de su destino, Natasha logró que Matthew le revelara el lugar en el que esperaban encontrarse con el Anciano. Entonces Natasha lo arrojó por un puente, pero el bardo ciego sobrevivió a la caída e intentó acudir en rescate del Anciano. Sin embargo las fuerzas de Conde Otto von Muerte, para quien en realidad trabajaba Natasha, lo superaron en número y tuvo que rendirse. Los dos prisioneros fueron llevados en carromato hasta Latveria {1602 4}.

Cuando los alumnos de Carlos Javier, acompañados de Sir Nicholas Furia, asaltaron el castillo del Conde, Benjamin Grimm aprovechó para golpear salvajemente las paredes de su celda con su monstruosa fuerza. El caos desatado permitió a Matthew soltar las cadenas que lo ataban a la pared y saltar de la torre en la que estaba capturado con el Anciano. Al llegar al patio el castillo, el Anciano recuperó el bastón que había traído desde Jerusalén y que era el famoso tesoro templario. Cuando los dos se encontraban rodeados por los soldados del Conde, el Anciano golpeó contra el suelo el bastón de madera transformándose en Thor y terminando de decidir el resultado de la pelea a favor de Carlos Javier y Sir Nicholas {1602 6}.

Matthew regresó a Londres, donde una noche visitó al nuevo rey, Jacobo IV, advirtiéndole que dejara en paz a Sir Nicholas y a Irlanda o podría morir una noche cualquiera cuando menos se lo esperara {1602 8}.