Hombre Gigante

El bioquímico Henry Pym cambió su vida al realizar un gran descubrimiento, una pastilla que le permitía encogerse al tamaño de una hormiga. Pym estaba casado con María Trovaya, una disidente política húngara. Confiando en que un pasaporte americano y el nombre de María Pym la encubrirían fueron de luna de miel a Hungría, pero les reconocieron, noquearon a Pym y detuvieron a Trovaya, cuyo cadáver fue hallado en un callejón, como un aviso para otros disidentes.

Esta tragedia fue lo que le impulsó a convertirse en Hombre Hormiga, identidad con la que conocería a Janet Van Dyne, hija del profesor Vernon Van Dyne, asesinado a manos de un alien criminal con el que contactó. Esto hizo que Janet se uniese a Pym y se convirtiese en la Avispa. No pasaría mucho tiempo antes de que Pym descubriese que invirtiendo los efectos de su fórmula, podía aumentar de tamaño, asumiendo así la identidad de Hombre Gigante.

Pym había descubierto una enzima en el interior del cuerpo humano que afectaba a la masa y el crecimiento de uno. Las bautizó como partículas Pym, pero en realidad no eran tales; se trataba de la semilla Celestial que éstos habían introducido en la humanidad.

Hank podía haber aislado la semilla Celestial de la humanidad y haberla hecho desaparecer, eliminando las mutaciones. Podía haber acabado con el cáncer y la gran mayoría de las enfermedades víricas, debilidades que la semilla traía consigo. Pero sus deseos de heroísmo, de destacar, sus muchas identidades (Hombre Hormiga, Hombre Gigante, Goliat, Chaqueta Amarilla) le limitaron, aunque cada vez intentaba probarse más, individualmente o como miembro de los Vengadores.

Irónicamente, él y sólo él fue el causante de la destrucción de estos, cuando la consciencia de su propia creación fallida, el androide asesino Ultrón, fue absorbida por el Hombre Absorbente, quien utilizó sus conocimientos para matar a varios Vengadores, incluido Hank.

Tras su muerte, pasó años combatiendo en el Reino de los Muertos como hiciera en vida. Cuando Mar-Vell y el Doctor Extraño le convencieron de su fallecimiento, se unió a su ejército contra Mefisto y la Muerte. Cuando ésta fue destruida, Hank fue transmutado por Mar-Vell (mediante máquinas del Alto Evolucionador) en un ángel, uno de los siete miembros de la Hueste Celestial, destinada a proteger el Paraíso.

Sin embargo, la Hueste dudaba de Mar-Vell, quien parecía hacer caso omiso a la destrucción que el recién creado Paraíso realizaba sobre la Zona Negativa donde se instalaba. Por ello, toda la Hueste, incluido Pym, conspiraron contra Mar-Vell; cuando se enfrentaron a él cara a cara, Pym se vio obligado a sufrir un horrible tormento al ver todo el bien que podía haber hecho en vida y no hizo.

Tras esto, fue destruido junto a toda la Hueste, pero resucitado poco después por el propio Mar-Vell. Tras la desaparición de este último, Hank continuó siendo parte de la nuevamente bautizada Hueste Vengadora, quien sigue encargándose de dar forma y proteger al Paraíso.