Eilif

Hace siglos, alrededor del año 1066 DC, los ancestros de Eilif, seguidores del rey Harald Hardraada, fracasaron en su intento de invadir Inglaterra debiendo retirarse junto a sus familias sobreviviendo en el sur del país a costa de incursiones y saqueos. En cierta ocasión siete drakkars se hicieron a la mar pero una fuerte tormenta los disperso y uno de estos barcos fue arrastrado por la corriente. Llevados hasta la gélida Antartida, buscaron refugio en un fiordo solo para descubrir que este no tenía fin sino que se abría una cueva a través de la cual surgía agua caliente. Su viaje termino abruptamente cuando el barco choco con una roca oculta y los supervivientes solo pudieron tomar tierra y continuar a pie el viaje, que les llevo al exterior de la cueva y para su sorpresa se encontraron en lugar de un paraje helado un valle lleno de vegetación. Atrapados en este valle sin posibilidad de escape, los vikingos se convirtieron en agricultores y ganaderos, logrando sobrevivir durante generaciones, pero no olvidaban sus raíces germanas ya que todavía continuaban adorando a los dioses nórdicos, ni tampoco olvidaban su ardor guerrero, pero en ausencia de enemigos, crearon un laberinto plagado de trampas que les servia para demostrar su destreza como guerreros.

Ya en nuestros días, Eilif, anciano el ultimo jefe y además ultimo superviviente de estos vikingos exiliados vio como su vida estaba cerca de la muerte. Temeroso de morir “la mala muerte”, en la que un guerrero moría fuera del campo de batalla, decidió atraer al temperamental Thor hasta su refugio para enfrentarse a el ya que esperaba que el Dios del Trueno lo matara y así ganarse un sitio en el Valhalla.

Por medios ocultos, logró llamar la atención de Thor, el cual viajó hasta la Antartida. Allí hubo de superar las pruebas del laberinto antes de enfrentarse al propio Eilif, enfundado en su armadura de combate de modo que ocultaba su verdadera edad. Eilif no fue rival para Thor que lo derrotó con facilidad y cuando el Dios del Trueno descubrió las verdaderas intenciones de su atacante, que no eran otras que usarlo como involuntario peón, se enfureció reclamando la vida de Eilif como suya. Pero pasada la furia inicial, Thor se mostró admirado por el valor de Eilif que había retado a los dioses para un combate personal. El hijo de Odin no podía matarlo y concederle su ansiado acceso al Valhalla pero en lugar de eso, decidió darle la oportunidad de morir en batalla ofreciéndole un puesto como su escudero en la batalla que debía enfrentarle al dragón Fafnir. Para ello, Thor pidió ayuda a su padre el cual puso a su servicio a Cabalganubes, una de las monturas aladas de las Valkirias que serviría de montura a Eilif. Cuando este mostró temor de no ser digno escudero de Thor debido a su debilidad y avanzada edad, el hijo de Odin uso su martillo místico para darle a Eilif la fuerza y vigor de su juventud.

Ambos se dispusieron a partir, pero antes se encontraron a un misterioso anciano, que le espetó a Eilif si no tenia miedo del peligro que corría, Eilif demostró no tener miedo y el anciano (que no era otro que Odin disfrazado), bendijo la lanza que portaba el guerrero vikingo y tras esto, Eilif y su señor marcharon a Nueva York dispuestos a combatir a Fafnir. Pero el dragón demostró ser un rival temible, logro descabalgar a Eilif y abatió a Thor hiriéndolo. Con el dios del Trueno herido, la magia que había devuelto a Eilif el vigor de su juventud desapareció y volvió a convertirse en un viejo achacoso, pero ni así se atemperó el valor del vikingo, que empuñando su lanza se lanzó sobre el dragón y su arma, bendecida por Odin, fue capaz de atravesar la impenetrable piel de Fafnir, que reaccionó golpeando brutalmente al escudero dejándolo moribundo. La intervención de su escudero había permitido a Thor recuperarse y ahora pudo usar su martillo para clavar la lanza de Eilif con todas sus fuerzas, atravesando al dragón hasta causarle la muerte. Thor corrió hasta su escudero pero este yacía sin vida, honrando a su amigo, Thor le dio un funeral vikingo, poniendo el cuerpo del dragón a sus pies y encendiendo una pira gigantesca en su honor. De los cielos descendieron las valkirias, dispuestas a escoltar al último vikingo para que ocupara su lugar en el Valhalla.

La última vez que se tuvo noticias de Eilif fue cuando combatió, junto a los demás guerreros del Valhalla, contra las huestes de Surtur de nuevo aliado con Thor.