Stark, Tony

Anthony “Tony” Stark era un play boy, industrial e inventor que pronto alcanzó fama y riqueza, lo que llevó a ser invitado a las fiestas mas exclusivas. En una de estas fiestas conoció a Stephen Extraño, un reputado cirujano con fama de ser el mejor en su trabajo.

Un Stark completamente borracho invitó a Extraño a dar una vuelta en su coche y el cirujano, intentando escapar de la fiesta donde se aburría enormemente, aceptó. Grave error, un Stark completamente borracho estrelló su coche contra un árbol y pese a que ambos sobrevivieron, las manos de Extraño quedaron irremediablemente dañadas hasta el punto que nunca mas podría operar.

Sintiéndose culpable, Stark dejó de dirigir su empresa dejándolo en manos de sus asistentes, mientras él se dedicaba en cuerpo y alma en hallar una cura para Extraño, pero todos sus tentativas fallaban.

Finalmente ambos, Stark y Extraño, marcharon al Tíbet, donde se decía que moraba un personaje misterioso llamado el Anciano, que obraba milagros, para intentar que sanara las manos del médico. Sin embargo, el Anciano afirmó que no podía ayudarles pero que si querían, podían quedarse en el Tíbet para aprender las artes místicas junto a su otro alumno, el Barón Mordo.

Ambos occidentales se negaron, anunciando que abandonarían el lugar al día siguiente, pero esa noche Stark descubrió que Mordo estaba echando una maldición mística sobre el Anciano, y cuando se enfrentó a Mordo, este le hechizó para que no pudiera contar la verdad. Decidido a salvar al Anciano, Stark aceptó la oferta del místico para convertirse en su alumno, y durante los meses siguientes permanecieron en el Tíbet mientras Stark aprendía brujería hasta el punto de superar a Mordo y derrotarlo. Stark fue nombrado Hechicero Supremo de esta dimensión tras lo cual Extraño y él regresaron a los Estados Unidos, donde Stephen se convirtió en secretario personal de Stark, esperando que este cumpliera su promesa de curar sus manos.

Pero el tiempo iba pasando y Stark era incapaz de cumplir su promesa, acuciado por los problemas que representaba ser el Hechicero Supremo, sobre todo por las preocupantes noticias que llegaban acerca de la militarización de la Dimensión Oscura gobernada por Dormammu. Como Stark pasaba cada vez mas tiempo fabricando una armadura que le permitiera optimizar sus hechizos de manera tecnológica, Extraño pensó que había olvidado la promesa que le hizo de curarle las manos, por lo que decidió ponerse en contacto con Dormammu para ofrecerle un pacto, le ayudaría a derrotar a Stark a cambio que sanara sus heridas. El demonio aceptó el trato y Extraño le proporcionó a su nuevo aliado un dibujo de la armadura de Stark, de modo que cuando el Hechicero Supremo invadió la Dimensión Oscura y se enfrentó a Dormammu, este pudo usar su magia para deshacer la armadura y tomar a Stark como prisionero.

Dormammu marchó a preparar a su ejército para invadir la Tierra, mientras Extraño quedaba en la Dimensión Oscura esperando que la guerra acabara. Pero entones conoció a Clea, una nativa del lugar que le explicó que los planes de Dormammu no eran conquistar la Tierra, sino destruirla usándola como nuevo hogar de los Sin Mente. Comprendiendo su error, Extraño se enfundó la armadura de Stark y con ella liberó al Hechicero Supremo, el cual retó a Dormammu a un duelo místico en el plano astral, y mientras ambos combatían, Stark activó su armadura que cogió el indefenso cuerpo de Dormammu e iniciando un viaje por distintas realidades, sabedor que ni él podría sobrevivir eternamente sin cuerpo físico, Dormammu tuvo que abandonar sus planes de conquista para ir en busca de su cuerpo, lo que librara a la Dimensión Oscura y a la Tierra de su presencia durante años.

Acabada la crisis, Stark regresó a la Tierra (sin Extraño que decidió quedarse en la Dimensión Oscura), donde podía volver a dedicarse a sus estudios y su empresa y convertirse en el líder que estaba destinado a ser.