Spiderman

Peter Parker era un joven apocado y tímido que vivía con sus tíos, Ben y May Parker. Sin embargo Peter escondía un secreto y es que, por medios desconocidos, adquiriendo poderes arácnidos adoptando la identidad de Spiderman. Cierto día, Spiderman presenció como un ladrón huía y pese a que tuvo oportunidad de detenerlo, no lo hizo y el ladrón pudo escapar. El destino quiso que este mismo ladrón entrara esa noche en casa de Peter con intención de robar siendo sorprendido por Ben, al cual asesinó de un disparo. Cuando Peter regresó a casa, la policía le habló del asesinato de su tío y que el asesino estaba acorralado en un almacén abandonado. Disfrazado como Spiderman, Peter marchó al almacén y se enfrentó al ladrón y dejándose llevar por la ira, lo golpeó salvajemente. Pese a que reaccionó rápidamente, el mal ya estaba hecho y todos los intentos de salvar al ladrón resultaron inútiles y acabó muriendo.

Abrumado por la culpa, Peter sopesó entregarse pero pensando en su tía y que en caso de ser detenido quedaría sola le disuadió de hablar con la policía y abandonó el almacén antes que llegara la policía pero fue visto por un testigo que se apresuró a contárselo a la prensa que publicó la noticia que Spiderman era sospechoso de asesinato. Peter por su parte continuó con su vida, aunque el hecho de haber matado a una persona le carcomía por dentro hasta el punto que tenía miedo de utilizar sus poderes quedando en ridículo primero al detener un atraco y después enfrentándose al Hombre de Arena. Esto llevó a Peter a dejar de lado sus poderes, dedicándose a sus estudios. En un momento dado comenzó a trabajar como asistente del científico Curtis Connors con quien llegó a entablar amistad tanto con Connors como con su familia.

Cierto día Connors, que había perdido uno de sus brazos y había estado trabajando en una fórmula experimental basada en el lagarto para recuperar su miembro perdido, utilizó en si mismo dicha fórmula, en un principio pareció tener éxito pero la fórmula reaccionó con el organismo de Curtis que se transformó en la monstruosa criatura conocida como el Lagarto que huyó del lugar refugiándose en los pantanos. Deseando ayudar a su amigo, Peter volvió a enfundarse el traje de Spiderman y persiguió al Lagarto al que logró contener y hacerle tomar una pócima que devolvió a Connors su aspecto humano. Spiderman le tranquilizó diciendo que nadie había sufrido daños y que podía olvidarse de tan desagradable suceso pero Curtis dijo que no podía olvidar lo que había hecho y que debía hacerse responsable de sus actos, las palabras de su amigo hicieron mella en Peter que decidió entregarse a la policía por el asesinato del ladrón.

Al contrario de lo que pensaba, su tía no se derrumbó por el hecho de su detención ni por el hecho de saber que su sobrino era Spiderman, luchó por él y estuvo a su lado los años de condena de Peter y el día que salió de prisión estaba allí esperándole con el traje de Spiderman el cual Peter, ahora que había asumido su responsabilidad, volvió a lucir orgulloso.