Kaori Ikegami

Kaori Ikegami era una brillante científico y cirujana médica especializada en robótica que llegó a fundar su propio instituto de investigación médica. La mujer entabló una relación laboral con Aaron Aikman, uno de los científicos que trabajaban en el Instituto Ikegami. Además, Kaori tenía una hija llamada Hannah. A la edad de diez años, la niña fue atropellada padeciendo a raíz del accidente daños cerebrales irreversibles que la colocaron en un estado vegetativo permanente. Kaori se negó a aceptar el destino de su hija, así que cedió el control del instituto y se dedicó a tiempo completo a encontrar una cura. Aikman ayudó tanto como pudo a Kaori para salvar a su hija y la relación entre ambos se volvió más estrecha. De un trato de maestra a discípulo, pasó a transformarse en una relación sentimental. Siete años pasaron sin que obtuviera resultados, así que Aikman intentó que Kaori aceptara la situación de su hija y la dejara marchar, pero ella se negó y echó a Aikman de su vida. En cierto momento logró lo que pretendía y realmente consiguió despertar a Hannah, pero el tiempo que había pasado en coma hizo que un habitante del Reino del Subconsciente Profundo se apoderara de su mente. El ser llamado Naamurah aprovechó la obsesión de Kaori para salvar a su hija para hacerla partícipe en el secuestro de más personas para conseguir que otras criaturas como ella accedieran también a la Tierra-31411 {EOSV 3-FB}.

En un momento de miedo por lo que estaba ocurriendo, Kaori fue a visitar a Aikman para pedirle que se fugara con ella. Tras meses sin verla, el hombre intentó entender mejor que estaba pasando, pero Kaori se marchó de nuevo sin darle explicaciones dolida por que no aceptara sin más lo que le proponía. Aikman, quien en secreto era el Hombre Araña, al derrotar a una de estas criaturas se percató que la manufactura del aparato cibernético de su arnés era de Kaori, así que se presentó en su laboratorio y la mujer le confesó lo que había hecho y le avisó que las cien personas secuestradas hasta el momento constituían solo la primera oleada de la invasión. El Hombre Araña salió corriendo para intentar detenerlas, pero Morlun irrumpió en su dimensión y lo interceptó {EOSV 3}.