Morbius

Morbius y el Basilisco se enzarzan en una encarnizada lucha. De pronto Morbius intenta usar sus poderes hipnóticos en su enemigo en el mismo momento en el que él usa su mirada hipnótica, formándose un bucle de alimentación psiónica, dando como resultado la fusión de sus recuerdos. Morbius se mente en la perturbada mente del Basilisco y descubre su origen. Tras romper el trance, Morbius se da cuenta de la forma de derrotar a su enemigo. Lucha con él hasta que sale el sol y, pese a que él sufre por su debilidad fotosensible lo fuerza a verse reflejado en los cristales de los edificios. Obligándole a aceptar así que no es más que el eco persistente de una locura. El Basilisco queda reducido a una pulpa rojiza que se filtra por un desagüe.

De regreso a su apartamento su amigo lo examina sorprendido por la rapidez en la que se recupera de las heridas. Pese al peligro que supone seguir tomando el suero, pero Morbius está dispuesto a correr el riesgo y se lo inyecta recuperando su apariencia humana. Cree que el Doctor Paine estaba en lo cierto y los efectos secundarios de su transformación lo están matando lentamente. Jacob le recuerda que tiene una entrevista de trabajo en el St. Judes.

Stroud llama de nuevo a Butler quien le proporciona la identidad e la persona que se hizo cargo del entierro de Bancroft. Tras colgar Stroud le dice a Victor Slaughter, el asesino a sueldo que ha contratado, que ya tiene una pista.