Royals

En la prehistoria kree los primitivos se alimentaban de las criaturas que cazaban en las llanuras de su mundo. Un día llegaron los Progenitores desde el espacio y atraparon a varios de los kree primitivos. Al menos uno de ellos lo convirtieron en una criatura parecida a la Inteligencia Suprema.

A pesar de todos los planes para la sociedad humana, Rayo Negro seguía siendo el rey de los inhumanos de Attilan, así que Medusa rompió su relación con Johnny Storm y regresó con Rayo Negro. Al menos así fue de cara al exterior, pero lo cierto es que entre ellos la magia había muerto y su relación no podía ser ya como antes.

Flint se mira al espejo y ve como sus ojos brillan, pero al cabo de unos segundos regresan a la normalidad. Entonces se mira la mano y la ve convertida en cristal translúcido y en su interior los huesos de su mano. Es la misma mano con la que tocó la Lanza Celeste. No sabe que le está ocurriendo. En otro camarote, Medusa escupe sangre entre tosidos enfermizos. Gorgón se preocupa por ella, pero Medusa lo tranquiliza y regresa a la cama junto a él. En el puesto de mando, Máximus se burla de la relación entre ellos dos. Crystal sospecha que puede estar tras ella, pero él le asegura que sus poderes están neutralizados con los de Swain y viceversa, así que no pueden haber sido ellos. El grupo se dirige hacia el mundo desde donde se lanzaron las Lanzas Celeste, con al esperanza de encontrar allí la Materia Prima y con ella poder recrear el Terrígeno y curar así a Medusa. Flint llega corriendo a la sala de mando y advierte que han llegado. Swain no percibe nada a través de los escáneres de la nave, pero Flint le asegura que es así. En efecto, han llegado a un mundo gigantesco rodeado de tres anillos que giran en órbitas diferentes y en cuyos interiores orbitan otros mundos más pequeños. En uno de ellos uno de los Progenitores percibe la llegada de los inhumanos y hace estallar su nave con un simple gesto.

El Último Inhumano y el Acusador entran en la cúpula donde se encuentra la Lanza Celeste. En su interior está atrapado el esqueleto del Rey de la Luna. La lanza ha crecido desde la última vez que la vieron hace milenios. El Acusador se mantiene escéptico, pero el Último Inhumano considera que está listo, así que extiende la mano para tocar la lanza y susurra que ha llegado la hora.