Conan el Bárbaro
CTB 43
Conan y Red Sonja huyen a caballo de un grupo de cazadores de recompensas que los siguen de cerca. Al llegar a los riscos el líder de los perseguidores ordena a Laxil que dispara contra ellos y tumbe al caballo de la chica. Laxil así lo hace y alcanza a su blanco. Conan rápidamente agarra a Red Sonja y los dos suben los riscos. Al verlos pisándoles los talones logran mover una gran roca que mata a todos menos Mannon de Ophir quien decide marcharse para vengarse otro día. Al darse cuenta que la roca que han movido ha dejado al descubierto un pasillo entran y acceden a un valle oculto entre las montañas. Mientras lo exploran encuentran el cuerpo de lo que parece un hombre murciélago. Al ver una torre entre las brumas y la vegetación deciden entrar en ella. En la puerta hay una alta figura, cuando corren espadas en alto algo los impacta y pierden el conocimiento. Conan es el primero en recuperarlo y se encuentra frente a Uathacht. La mujer parece interesada en Conan, pero este no entiende de que le está hablando. Al poco llega Morophla, quien se presenta como el Maestro de Magos y Hechicero del Círculo Interno. Al ver a Conan le comenta a su hermana que está complacido y que quiere ponerlo a prueba, además teme que pueda ser un espía de Thut-Amon. Conan se lanza sobre él sin pensarlo, pero se estrella contra una columna. Al caer en esa simple ilusión, Morophla se convence que el bárbaro no ha sido enviado por su enemigo o estaría protegido contra un hechizo tan simple. Morophla le dice que han sido malditos y tienen que alimentarse de la sangre de otros, pero niega que sean vampiros. Le ordena coger a Red Sonja y seguirlo. Los hermanos los conducen por los subterráneos, donde dicen que habita una tribu de degenerados humanos corrompidos por los vapores del valle. A cierto punto llegan delante del pozo de Dromek, un ser grotesco canibal. Uathacht empuja a Red Sonja, así que Conan salta tras ella y se enfrenta a Dromek a quien logra matar clavándole un hueso en la boca. Al salir del pozo Morophla vuelve a controlar a Conan para obligarle a coger a Red Sonja y los conduce a ambos hasta una celda. Dentro de poco les extraerán sangre para crear el elixir que los mantiene vivos. Cuando se cansen de ellos los transformarán en seres monstruosos peores que Dromek.
