Korgon, Harek

Harek Korgon era un hombre normal, carente de linaje, que vivía en una aldea vikinga. Contra todo pronóstico, se convirtió en amante de Valthjona, hija del Rey Rothgar y ambos, sabiendo que el padre de la joven jamás aceptaría que su hija saliera con un simple plebeyo, decidieron huir para vivir su amor sin cortapisas.

Sin embargo, la felicidad de la pareja no duró demasiado puesto que mientras caminaban por un páramo helado, fueron testigos de la caída desde el cielo de un misterioso ojeto brillante e incadescente. No se sabe si se trataba de una nave alieníena o un meteorito impregnado de radiación cósmica, pero el hecho es que atrapados en la terrible explosión provocada por la colisión del objeto con la Tierra, tanto Korgon como Valthjona se vieron afectados, así, Korgon quedó cegado por la explosión, pero su cuerpo quedó impregnado de enorme energía cósmica, por su parte la joven resultó gravemente herida y pese a los esfuerzos de Korgon, que pese a su ceguera logró llevarla de vuelta al poblado, terminó muriendo.

El cuerpo de Korgon por su parte, empezó a sufrir mutaciones por la exposición a la radiación, su tamaño creció hasta superar los tres metros y sus ojos se volvieron brillantes emanando una luz roja, frente a esto, el Rey Rothgar expulsó a Korgon del poblado obligándole a vagar en solitario pues su castigo era abandonar el mundo de los hombres. Esta situación no duró mucho, puesto que si bien hubo gente que le temía y consideraba un monstruo, otros empezaron a adorarle como si fuera un Dios, y pronto reunió un nutrido grupo de seguidores que marchó junto a él en su exilio.

Tras un largo periplo que les llevó hasta el Polo Norte, Korgon decidió que sería allí, lejos del mundo de los hombres, donde instalaría su nuevo hogar. Usando sus poderes para perforar una cueva en una montaña de hielo, Korgon creo un poblado, protegido por un domo alimentado por sus poderes, donde vivió junto a sus seguidores durante miles de años. Y es que la radiación que había bañado a Korgon, además de cegarle y darle poderes, también le había vuelto inmortal de modo que durante décadas guió no solo a sus primeros seguidores, sino a los descendientes de estos que lo consideraban como un Dios. A lo largo de los años, Korgon envió a algunos de sus seguidores al mundo exterior para que le informaran de noticias, avances e invenciones, porque otro de los efectos secundarios de la radiación había sido que la mente de Korgon había evolucionado siendo portador de una enorme inteligencia, que le permitió crear maquinaria avanzada, entre ellas una máquina que canalizaba su energía mas eficientemente por todas las partes del domo, manteniendo la cueva con una temperatura agradable y que permitía el cultivo de modo que sus seguidores estaban calientes y alimentados, esta máquina, a diferencia de las recargas anteriores, solo necesitaba ser recargada por Korgon cada 100 años volcando a través de sus ojos la energía necesaria en lo que era conocido como las lágrimas divinas.

Por desgracia en tiempos recientes y cuando se disponía realizar una nueva recarga, descubrió que el paso de los siglos no había sido en balde y carecía del poder suficiente para volver a dotar al domo de energía. Negándose a tirar la toalla, Korgon intentó una y otra vez renovar las energías que mantenían su hogar a salvo, pero no solo no lo consiguió, sino que el esfuerzo le pasó factura provocando un cataclismo en lo mas profundo de su ser en forma de estallido de energía, provocando que la flora de la cueva muriera y los animales confinados huyeran asustados.

La energía además, se extendió por todo el hemisferio norte llegando hasta los Estados Unidos donde fue estudiada por los 4 Fantásticos, que comprobaron asombrados como la radiación interactuaba con sus propios poderes, debilitando su control sobre ellos. El cuarteto fantástico, tras averiguar de donde provenía la nube radiactiva, pusieron rumbo al polo norte para investigar siendo emboscados por los hombres de Korgon, los cuales aceptaron llevar a los recién llegados ante su dios

Cada vez mas débil e incapaz de pensar una solución, Korgon, que reconoció a Reed Richards puesto que tenía noticias del exterior gracias a sus exploradores, pidió a Mister Fantástico que le ayudara a recuperar sus poderes para recargar la energía del domo, amenazando con ejecutarles si fallaban o se negaban. Reed aceptó ayudar a Korgon y manipuló la máquina que absorbía el poder de las lágrimas divinas, para que en lugar de tomar energía la diera, y tras exponer al dios ciego a la máquina, este recuperó su poder.

Poco mas tarde, y después de haber reparado el domo nuevamente, Korgon se dirigió a Richards y le dijo que después de siglos de vida estabar harto de vivir, y le pidió que le arrebatara sus poderes divinos para de esta manera, morir en paz. Aunque de manera reticente, Richards aceptó manipular la máquina para robar la energía a Korgon devolviéndola a la normalidad, sin embargo, la conversación fue oída por Wiglif, uno de los adoradores de Korgon que se negó a que asesinaran a su dios, y saboteó la máquina de modo que en lugar de absorberle el poder al dios ciego, le bombardeó masivamente con radiación volviéndolo mas poderoso que nunca.

Loco de ira y pensando que había sido traicionado por los 4 Fantásticos, Korgon atacó a los héroes y solo la oportuna llegada de Thor al lugar salvó sus vidas. Aliados con el asgardiano, los héroes prevalecieron sobre los soldados de Korgon y el dios ciego, al verse superado, decidió destruirlo todo y empezó a destruir el domo, entonces Thor pidió ayuda a Odín, el cual uso su poder para arrebatar a Korgon su exceso de energía, convenciéndolo que debía aceptar su destino y seguir protegiendo a sus seguidores.

Viéndose frente al dios al que siempre había adorado, Korgon aceptó sus palabras y detuvo su ataque, convirtiéndose nuevamente en el dios de sus gentes y aceptando su destino. Los héroes abanadonaron el Polo Norte prometiendo que no hablarían a nadie del hogar de los vikingos tras lo cual no han vuelto a tenerse noticias de Korgon.