Motorista Fantasma

Johnny Blaze, huérfano desde muy joven (su madre murió poco después de nacer él, por complicaciones en el parto), se convirtió en el hijo adoptivo de "Crash" Simpson y su familia de temerarios, cuando su verdadero padre murió actuando como motorista acrobático.

Johnny se entrenó para seguir los pasos de su padre, pero su motocicleta ardió, casi matando a su hermanastra Roxanne Simpson, y acabando con la vida de su madrastra, Mona. Unos años después, Johnny descubriría que su padrastro estaba muriéndose por una rara enfermedad sanguínea.

Incapaz de aceptar la muerte de otro ser querido, Johnny utilizó sus titubeantes conocimientos mágicos para invocar a Mefisto, que a cambio de su alma, le garantizó que "Crash" Simspon no moriría por su enfermedad sanguínea; sin embargo éste moriría más tarde entre las llamas de una motocicleta, durante uno de sus espectáculos de acrobacia.

Entonces Mefisto se dispuso a hacerse con el alma y los servicios de Blaze, pero Roxanne consiguió realizar una contramaldición que le salvó del poder de Mefisto. Pero no pudo salvar a Johnny de su propia culpa. Johnny Blaze se culpaba de todas las muertes que había sufrido, la mayoría de ellas sobre una motocicleta en llamas.

Su culpa y sus titubeantes escarceos con lo mágico activaron su semilla Celestial. Su transformación, biológica y no sobrenatural, nació no por una maldición a medias realizada por Mefisto, sino porque la culpa de Johnny Blaze le obligaba a pasar el resto de su existencia atado a una motocicleta llameante. Nacía el Motorista Fantasma.

Durante años, Blaze vagabundeó por los Estados Unidos intentando controlar la agresividad latente que le había concedido su mutación. Tras la mutación de la Tierra, Blaze se unió a Xen, el supergrupo destinado a la protección de Japón. Moriría en servico del deber, intentando en vano que el Tong de Creel no se hiciese con una de las piezas necesarias para resucitar al Hombre Absorbente.

Poco después se uniría a la rebelión de Mar-Vell contra la Muerte. Tras la destrucción de ésta, obtuvo su lugar en una realidad creada por él mismo para satisfacer sus más íntimos deseos, al comer una porción del cubo cósmico. Pero dicha realidad era más un purgatorio que un cielo.

Para Blaze, existía una autopista entre el cielo y el infierno; recorriéndola con su moto, ni siquiera él estaba seguro de en que dirección va. Más tarde, su culpa modificó esa realidad convirtiéndola en un mundo en donde él, y sólo él, se vía obligado a detener a los demonios del infierno.

Aunque la Hueste Celestial intentó rescatarle de esa realidad, para unirse a un ejército contra Mar-Vell, Blaze se negó a ello, ya que consideraba tener lo que merecía, por lo que había hecho en vida y por todos aquellos a los que no había podido salvar. Es de suponer que continúa encerrado en ese infierno personal.